«Cada temporada arranco de cero»
Después de un comienzo titubeante y una cogida en Pamplona, el diestro llega a Bilbao «en el mejor momento»
El Correo Digital.-ALFREDO CASAS18/08/2009
A pesar de su tibio comienzo de temporada, Manuel Jesús 'El Cid' sigue instalado en la primera fila del toreo. Duramente castigado por la crítica especializada, el diestro de Salteras recompuso su campaña y su contrastado prestigio tras ser herido en la plaza de Pamplona por un complicado astado de El Ventorrillo. Desde entonces mantiene una línea ascendente que espera ratificar en Vista Alegre. Además de sus compromisos en la cenicienta arena bilbaína, Manuel Jesús hará entrega mañana al Club Cocherito (Hotel Sheraton, 12.30 horas) del vestido de luces con el que lidió en solitario seis toros de Victorino Martín en agosto de 2007. Una tarde para recordar.
-Menuda temporada la suya.
-La verdad es que el inicio de campaña no fue el que todos hubiéramos deseado, no hubo suerte, ni terminaron de rodar las cosas en las plazas de Sevilla y Madrid, dos cosos determinantes en mi carrera; pero bueno, el asunto se va arreglando, estoy remontando la temporada y afronto el mes de agosto en el mejor momento de forma posible.
-El decepcionante balance del 'mano a mano' 'El Cid'-'Morante de la Puebla' con 'victorinos', ¿le perjudicó?
-¡Daño no me hizo¡ Fue una decepción. Todos esperábamos muchísimo de la corrida, quienes estábamos directamente implicados en el festejo estábamos convencidos de cuajar una tarde de toros histórica en Sevilla. ¡y no fue así¡ El esfuerzo que hicimos los toreros no tuvo recompensa. Los toros de Victorino no ofrecieron posibilidad de triunfar.
-¿Sus 'victorinos' no le están dando muchas opciones de éxito?
-(Silencio) Las dos corridas que yo he matado de Victorino este año no me gustaron. Tampoco creo que le gustaran al ganadero. Sin embargo, el principal damnificado fue el público que es quien sustenta este espectáculo con su dinerito. Las corridas de Victorino siempre levantan una gran expectación, suya es la bandera de la casta, la fiereza, la emoción, y cuando faltan algunos de estos elementos, los festejos se ponen muy cuesta arriba.
-Los toros premiados como los más bravos de las ferias de Abril y San Isidro le correspondieron a usted.
-Normalmente, los toros premiados en ferias importantes no son animales con los que los toreros hayamos triunfado. Está demostrado que a los toros premiados raramente se le cortan las orejas. Son toros más de público: animales de gran movilidad, encastados, con un punto de fiereza, que se desplazan muchas veces por dentro creando complicaciones. No son toros a los que se les pueda hacer el toreo moderno, el que el público demanda: enganchado, templado y hondo. A los toros que embisten a diez por hora no los puedes torear a cinco. Lo de pararlos es mentira, el temple es cogerle la velocidad al toro. Y después, tiene que empujar para adelante, de lo contrario.
«He pecado de ingenuo»
-¿No les saca demasiados defectos a los toros? Siempre les pone pegas.
-¡Qué dice¡ Al revés. Yo soy una de las personas más optimistas y constructivas que existen en el toreo. Más bien sucede lo contrario, al toro que nadie ve en la plaza, un servidor lo ve y le encuentra el fondo. He cortado montones de orejas a toros nada claros, con muchas más sombras que luces. Siempre intento buscarles el lado bueno. Es más, a menudo he pecado de ingenuo, he lucido en exceso las virtudes de toros a los que he tapado muchos de sus defectos, incluso en mi contra.
-Vamos que no duda en tirar piedras contra su propio tejado.
-Me pasa. Muchas veces tiro la moneda al aire... ¡en cuántas ocasiones me ido a los medios sin probar a un toro! Y no pienso dejar de hacerlo. ¡Es que es muy fácil ponerse del lado del toro¡ Pero cada uno es como es.
-En la primera mitad de la temporada fue muy criticado. ¿Sorprendido?
-Es cierto que en algunos casos se han cargado las tintas. Ha habido unos cuantos «aficionados» que no han tenido la paciencia, ni la delicadeza, de repasar la trayectoria de 'El Cid' durante los últimos seis años. ¿Cómo dicen ustedes lo de las hemerotecas? Pues ahí las tienen. Por suerte o por desgracia, cada temporada tengo que empezar de cero, no tengo derechos adquiridos. Además ya no soy ninguna novedad, la gente exige y te miran con lupa.
-Aunque suene paradójico, tras la cornada de Pamplona su temporada tomó una línea ascendente.
-Los diez días que estuve parado después de la cornada de Pamplona no me hicieron darle vueltas a la cabeza. Sé por qué me cogió el toro de El Ventorrillo y no me costó asimilarlo. Me equivoqué en el planteamiento inicial y lo pagué. Siempre digo que a huevos, por lo que a tamaño se refiere, no hay quien le gane al toro. Sólo quería volver a vestirme de luces, tenía la moral por las nubes. Por eso reaparecí con los puntos sin secar, lo tenía muy claro. Afortunadamente empezaron a sucederse los triunfos y he vuelto a engancharme a la temporada.
«Química» con Bilbao
-Hablando de la temporada, ¿con tanta competencia no se aburrirán?
-¡Tela¡ Ahora mismo hay una baraja de toreros que están arreando muy fuerte. La verdad es que ser ahora mismo empresario taurino es muy fácil. Tienen mucho donde escoger, entre las figuras y muchos de los toreros jóvenes que viene apretando de verdad.
-La Junta de Vista Alegre ha vuelto a confiar en usted para lidiar dos encierros de mucha responsabilidad.
-Desde luego que podía ir mucho más cómodo, pero en las ferias como en las de Bilbao es donde hay que hacer los esfuerzos. No he querido aliviarme. Y menos en Bilbao. Desde aquella histórica encerrona de 2007 me siento muy identificado con el público de Bilbao. Existe química, un lazo muy especial. Respetan mis defectos y virtudes y agradecen mi transparencia en el ruedo.
-Algunos dicen que desde aquella 'encerrona', Vd. no volvió a ser el mismo.
-En absoluto. Creo que es todo lo contrario. Desde entonces noté una progresión constante en mi toreo. Adquirí un mayor poso, sosiego y profundidad. Ahora me acoplo a un mayor número de toros, e incluso cuajo toros que antes no. Aquella tarde fue única, especial y no se volverá a repetir. Que la respeten.
-Mañana, dos años después de estoquear los seis 'victorinos' en Vista Alegre, entregará al Club Cocherito el traje de luces que vistió esa tarde.
-Fue una promesa que hice y me debo a mi palabra. Estoy encantando de que se quede en Bilbao. La verdad es que podía quedármelo en casa, en una vitrina de honor, pero nada mejor que repose en un sitio privilegiado. Seguro que lo cuidan más que yo (risas). En ese vestido van muchas emociones, muchos miedos e incontables satisfacciones.
-Dice Victorino Martín que le echa de menos en su corrida.
-Al principio así estaba previsto, pero cambió el planteamiento. Ya habrá tiempo de volver a matar 'victorinos'. En Bilbao y en más sitios.
-Menuda temporada la suya.
-La verdad es que el inicio de campaña no fue el que todos hubiéramos deseado, no hubo suerte, ni terminaron de rodar las cosas en las plazas de Sevilla y Madrid, dos cosos determinantes en mi carrera; pero bueno, el asunto se va arreglando, estoy remontando la temporada y afronto el mes de agosto en el mejor momento de forma posible.
-El decepcionante balance del 'mano a mano' 'El Cid'-'Morante de la Puebla' con 'victorinos', ¿le perjudicó?
-¡Daño no me hizo¡ Fue una decepción. Todos esperábamos muchísimo de la corrida, quienes estábamos directamente implicados en el festejo estábamos convencidos de cuajar una tarde de toros histórica en Sevilla. ¡y no fue así¡ El esfuerzo que hicimos los toreros no tuvo recompensa. Los toros de Victorino no ofrecieron posibilidad de triunfar.
-¿Sus 'victorinos' no le están dando muchas opciones de éxito?
-(Silencio) Las dos corridas que yo he matado de Victorino este año no me gustaron. Tampoco creo que le gustaran al ganadero. Sin embargo, el principal damnificado fue el público que es quien sustenta este espectáculo con su dinerito. Las corridas de Victorino siempre levantan una gran expectación, suya es la bandera de la casta, la fiereza, la emoción, y cuando faltan algunos de estos elementos, los festejos se ponen muy cuesta arriba.
-Los toros premiados como los más bravos de las ferias de Abril y San Isidro le correspondieron a usted.
-Normalmente, los toros premiados en ferias importantes no son animales con los que los toreros hayamos triunfado. Está demostrado que a los toros premiados raramente se le cortan las orejas. Son toros más de público: animales de gran movilidad, encastados, con un punto de fiereza, que se desplazan muchas veces por dentro creando complicaciones. No son toros a los que se les pueda hacer el toreo moderno, el que el público demanda: enganchado, templado y hondo. A los toros que embisten a diez por hora no los puedes torear a cinco. Lo de pararlos es mentira, el temple es cogerle la velocidad al toro. Y después, tiene que empujar para adelante, de lo contrario.
«He pecado de ingenuo»
-¿No les saca demasiados defectos a los toros? Siempre les pone pegas.
-¡Qué dice¡ Al revés. Yo soy una de las personas más optimistas y constructivas que existen en el toreo. Más bien sucede lo contrario, al toro que nadie ve en la plaza, un servidor lo ve y le encuentra el fondo. He cortado montones de orejas a toros nada claros, con muchas más sombras que luces. Siempre intento buscarles el lado bueno. Es más, a menudo he pecado de ingenuo, he lucido en exceso las virtudes de toros a los que he tapado muchos de sus defectos, incluso en mi contra.
-Vamos que no duda en tirar piedras contra su propio tejado.
-Me pasa. Muchas veces tiro la moneda al aire... ¡en cuántas ocasiones me ido a los medios sin probar a un toro! Y no pienso dejar de hacerlo. ¡Es que es muy fácil ponerse del lado del toro¡ Pero cada uno es como es.
-En la primera mitad de la temporada fue muy criticado. ¿Sorprendido?
-Es cierto que en algunos casos se han cargado las tintas. Ha habido unos cuantos «aficionados» que no han tenido la paciencia, ni la delicadeza, de repasar la trayectoria de 'El Cid' durante los últimos seis años. ¿Cómo dicen ustedes lo de las hemerotecas? Pues ahí las tienen. Por suerte o por desgracia, cada temporada tengo que empezar de cero, no tengo derechos adquiridos. Además ya no soy ninguna novedad, la gente exige y te miran con lupa.
-Aunque suene paradójico, tras la cornada de Pamplona su temporada tomó una línea ascendente.
-Los diez días que estuve parado después de la cornada de Pamplona no me hicieron darle vueltas a la cabeza. Sé por qué me cogió el toro de El Ventorrillo y no me costó asimilarlo. Me equivoqué en el planteamiento inicial y lo pagué. Siempre digo que a huevos, por lo que a tamaño se refiere, no hay quien le gane al toro. Sólo quería volver a vestirme de luces, tenía la moral por las nubes. Por eso reaparecí con los puntos sin secar, lo tenía muy claro. Afortunadamente empezaron a sucederse los triunfos y he vuelto a engancharme a la temporada.
«Química» con Bilbao
-Hablando de la temporada, ¿con tanta competencia no se aburrirán?
-¡Tela¡ Ahora mismo hay una baraja de toreros que están arreando muy fuerte. La verdad es que ser ahora mismo empresario taurino es muy fácil. Tienen mucho donde escoger, entre las figuras y muchos de los toreros jóvenes que viene apretando de verdad.
-La Junta de Vista Alegre ha vuelto a confiar en usted para lidiar dos encierros de mucha responsabilidad.
-Desde luego que podía ir mucho más cómodo, pero en las ferias como en las de Bilbao es donde hay que hacer los esfuerzos. No he querido aliviarme. Y menos en Bilbao. Desde aquella histórica encerrona de 2007 me siento muy identificado con el público de Bilbao. Existe química, un lazo muy especial. Respetan mis defectos y virtudes y agradecen mi transparencia en el ruedo.
-Algunos dicen que desde aquella 'encerrona', Vd. no volvió a ser el mismo.
-En absoluto. Creo que es todo lo contrario. Desde entonces noté una progresión constante en mi toreo. Adquirí un mayor poso, sosiego y profundidad. Ahora me acoplo a un mayor número de toros, e incluso cuajo toros que antes no. Aquella tarde fue única, especial y no se volverá a repetir. Que la respeten.
-Mañana, dos años después de estoquear los seis 'victorinos' en Vista Alegre, entregará al Club Cocherito el traje de luces que vistió esa tarde.
-Fue una promesa que hice y me debo a mi palabra. Estoy encantando de que se quede en Bilbao. La verdad es que podía quedármelo en casa, en una vitrina de honor, pero nada mejor que repose en un sitio privilegiado. Seguro que lo cuidan más que yo (risas). En ese vestido van muchas emociones, muchos miedos e incontables satisfacciones.
-Dice Victorino Martín que le echa de menos en su corrida.
-Al principio así estaba previsto, pero cambió el planteamiento. Ya habrá tiempo de volver a matar 'victorinos'. En Bilbao y en más sitios.
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