VISITA AL MAUSOLEO DE MANOLETE
José María Sánchez Martínez-Rivero, erudito y apasionado manoletista, autor del libro "Manolete, único y grande", nos remite un emotivo testimonio de su visita al Mausoleo de Manolete en Córdoba. El taurino mes de agosto nos trae siempre un aniversario más de la tragedia de Linares, pero antes Jose María soñó con deseo de Manolete y allá que se fue para escribir este interesante y descriptivo artículo:
"Manolete no quiere que nos vayamos sin verlo"
Córdoba, 28 de junio de 2009, temperatura 29 grados, bastante buena para la que normalmente hace. Vamos al cementerio de Nuestra Señora de la Salud. No tenemos ni idea donde está. A las pocas personas que a esa hora circulan por la calle, cuatro y treinta de la tarde, visitantes, extranjeros, algún cordobés, le preguntamos: ¿Para ir al cementerio de La Salud?: "Es por allí"; nada. Otra: "Siga recto y cuando vea una fuente a la derecha gira, por allí debe estar.”, nada. Seguimos sin tener claro el camino. Buscamos y buscamos, teníamos el tiempo contado. Cuando desistíamos, nos detenemos en un semáforo en rojo. Nadie a nuestro lado, de pronto un coche para. Bajo la ventanilla y pregunto: ¿para ir al cementerio donde está enterrado Manolete?; "Sígame, yo voy allí", comienza a aparecer el capote que nos echaba Manolete para que le viéramos. Por causalidad, como dice Paco Laguna –biógrafo de Manolete- por causalidad, no por casualidad íbamos a nuestro destino, Hay que decir que era el único conductor que circulaba en ese momento y que nos llevaba al lugar donde descansan sus restos, causalidad.¡En marcha, vamos! Seguimos al coche. Tras corto recorrido llegamos. Al bajarse el amable conductor se presentó: "Me llamo Rafael Baena, esta es la entrada al cementerio, yo les voy a llevar hasta el mausoleo de Manolete porque la tumba de mi madre, recientemente fallecida, está casi al lado y vengo a limpiarla y rezarle"; nos quedamos sorprendidos y agradecidos. Definitivamente, Manolete no quería que nos fuéramos de Córdoba sin verlo. Apareció su capote.Ante el mausoleo la emoción fue grande, rezamos, tocamos el mármol, admiramos su estatua yacente, nos fotografiamos para la posteridad junto a su lugar de descanso...Rafael, gran persona y conocedor del cementerio, también nos enseñó la tumba de Machaquito y la del Guerra, ¡casi nada en la historia del toreo!, nos comentó que el mármol del mausoleo de Manolete procedía de una finca que tenía su abuelo, amigo del escultor Ruiz Olmos. El Ayuntamiento cedió el terreno donde está construido el monumento fúnebre. La estatua yacente del diestro de Córdoba, en mármol blanco, destaca sobre todo. Al fondo hay dos relieves en bronce de mujeres con velos de luto. Representan a la Córdoba antigua, que ofrenda flores al diestro caído y a la Córdoba moderna que sostiene en sus manos un último laurel al héroe desaparecido.Como se sabe Manolete el día 29 de agosto de 1947 no fue enterrado en este mausoleo, ya que no estaba construido, lo enterraron en el de los señores Sánchez de Puerta, íntimos amigo del diestro de Córdoba. Fue el día 15 de octubre de 1951, a las 12 de la mañana, cuando lo trasladaron a su morada definitiva. El acto tuvo lugar ante un reducido número de familiares y amigos del cordobés. Un deseo largamente acariciado, se había cumplido, ver a Manuel Rodríguez, Manolete, en su lugar de descanso. Definitivamente, Manolete no quería que, unos manoletistas, se fueran sin verlo y nos echó un capote para que le encontráramos. ¡Un capote a punto de cumplirse los 62 años de su muerte! Casi nada.
Julio de 2009, en El Escorial.
José María Sánchez Martínez-Rivero.
No hay comentarios :
Publicar un comentario