JUAN DEL ÁLAMO QUIERE Y PUEDE SER TORERO
Juan Miguel Núñez (EFE).-
Valladolid, 7 sep 2009
Una oreja, la única de la tarde, cortó hoy el novillero Juan del Álamo en Valladolid, pero más allá del trofeo lo importante es la grata impresión que dejó.
FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de José Luis Marca, desiguales de presentación y juego. El mejor, el primero, bravito y con son. El sexto tuvo temple aunque le faltó "transmisión". Y noble pero a menos, el segundo. Los otros tres, descastados, parados, "no sirvieron".
Javier Herrero: estocada casi entera y tres descabellos (ovación tras aviso); y estocada casi entera que medio escupe y cuatro descabellos (silencio tras aviso).
Luis Miguel Casares: cuatro pinchazos y media (silencio tras aviso); y estocada corta (silencio).
Juan del Álamo: pinchazo, media y descabello (ovación); y estocada atravesada y descabello (oreja tras aviso).
La plaza tuvo un cuarto de entrada en tarde espléndida.
DEL ÁLAMO, TORERO HABEMUS
De la noble novillada de José Luis Marca, puesto que la nobleza fue característica en los seis y como tal hay que definir el conjunto, embistieron, lo que se dice embestir por derecho, tres.
Aunque también con sus matices entre ellos.
Aunque también con sus matices entre ellos.
Hubo justo reparto, puesto que cada uno de la terna tuvo uno de estos tres. Y a partir de ahí es donde hay que establecer diferencias, en función de la capacidad y la disposición de cada novillero para sacar partido y triunfar, o al revés.
El único que de verdad quiso, y se le adivinan condiciones para llegar, el salmantino Juan del Álamo. Al malo de su lote le pegó pases. Y en el bueno, que no fue precisamente el mejor, formó un lío. En los dos estuvo lo que se dice "en plan novillero", queriendo arrasar en todas las intervenciones. Así conectó pronto con el tendido. Pero además tiene un buen concepto, formas y maneras, mucho gusto toreando.
Con el capote salió a comerse el mundo. En su primero, una larga cambiada y ajustados y templados lances mirando al tendido. Primer alboroto de olés. La pena que "el morito" no tuvo fijeza y se defendió mucho en la muleta, y a pesar de que Del Álamo estuvo siempre muy encima del astado, haciendo las cosas muy de verdad, aquello no terminó de cuajar también porque faltó contundencia en la muerte del novillo.
La misma buena actitud al recibir al sexto asimismo por verónicas con arrebato. Y finura y gusto, limpieza y donosura, armonía y ritmo en la faena de muleta. La chispa que le faltaba al astado la puso el joven novillero, y no precisamente de forma alocada. Es torero de valor y clasicismo, con lo difícil que es conjugar ambos términos.
Aquí cortó sólo una oreja también porque tardó mucho en doblar el novillo.
Sabe Del Álamo lo que se trae entre manos y le divierte la tarea de torear. A la vista de lo que hay, es desde luego el novillero con más y mejor proyección de futuro.
Y al contrario que el triunfador de la tarde, los otros dos alternantes andan desorientados. Herrero no sabe por dónde ni cómo atacar. Casares, el que más ha toreado en el escalafón, está pasado, muy hecho, suelto y capaz, pero no lo siente.
El primer novillo de la tarde no debió terminar con las orejas en el desolladero. Gran novillo, embistiendo largo y por abajo, y repitiendo. igualmente dio mucho de si el segundo aunque duró menos.
Cuarto y quinto fueron otra cosa, pero para entonces ya estaban Herrero y Casares fuera de combate.
Del Álamo, sí. Qué agradable sorpresa. Si se administra bien, y da la impresión de que sí, torero habemus. EFE
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