FERIA DEL PILAR: OREJA A MANOLO SÁNCHEZ

ZARAGOZA

TOROS MANEJABLES Y BAJOS DE RAZA
Viejas glorias, a primera línea de batalla en Zaragoza

Burladero.com

MARIO JUÁREZ - Zaragoza - 10/10/2009

El cartel de futuro de la feria, el de los toreros con hierba en la boca, se convirtió por obra y gracia de los partes en uno de viejas glorias rescatadas para la primera línea.

Aparicio y Sánchez, Manolo y Julio. Treinta y siete temporadas de alternativa.

El Cordobés, con sus dieciséis de matador a cuestas, era el más joven del cartel. Tendero y Luque, anunciados en principio, suman cuatro.

Con las sustituciones uno nunca sabe si ganan o pierden los carteles. Tenía más solera éste que el original, desde luego, pero uno no deja de preguntarse qué pensarían Sergio Aguilar, Leandro, José Luis Moreno o David Mora al verlo. ¿Para qué vale dar la cara en Madrid si la misma empresa no abre hueco en otras plazas? Dudo mucho que los sustitutos de hoy tirasen de taquilla más que cuatro toreros a los que todo el mundo estamos con ganas de ver.

Pero las viejas glorias vinieron a Zaragoza alistados en la primera línea de batalla. A pelearse con la primera fila en la última feria del año. Y estuvieron repartiendo gotitas de gusto sin apretar el acelerador, que esa es otra batalla.

Hecho el cartel, toca analizar la corrida. No fue mala la de Parladé. Tampoco buena o extraordinaria, pero no se derrumbó en exceso -lo hizo el primero y el sexto terminó echándose- ni tampoco se paró cual mulos. Y visto lo visto este año, ya es.

Hubo tres toros buenos, el primero de El Cordobés que fue el de mejor nota porque más duró y llegó arriba; un cuarto con forma y fondo que tuvo clase y un quinto que acudió de manera espectacular al caballo, manseó un poquito pero embistió a cámara lenta.

Despacito lo toreó Manolo Sánchez en una labor de mimo y temple. Casi de tentadero, porque al veterano de Valladolid le faltó poner alma a la cosa. O sal al guiso, que viene a ser lo mismo.

Sánchez toreó para él, dio al toro sus pausas y se pegó sus paseos, para después llevar a pulso sobre la zurda al de Parladé, que la tomó hasta el final y con el que surgieron muletazos como caricias. Una estocada efectiva, una oreja.

También tuvo que templar al blando segundo. Lo hizo de nuevo en una faena larga y sin continuidad, abusando de tiempos muertos y sin pasar el fielato de verdad. Encajado él, suficiente, técnico... sin chispa ni emoción también. Otra faena de tentadero.

Otra estocada, esta vez desprendida, y petición de oreja. Hizo bien el palco en controlarse.

Se la pidieron también a El Cordobés en el tercero. El madrileño pasó de verse anunciado con dos jóvenes de los de arrear a actuar con dos veteranos estilistas. Y cambió el guión de su habitual repertorio con el tercero, un ejemplar que siempre quiso tomar la muleta y al que pasó con tanta suficiencia técnica como apertura y toques en línea.

Sin meterse de verdad con él, sin olvidar tampoco quien es y preocuparse de los guiños al tendido, que vibraron cuando Manolo vibró, cuando inició de rodillas y hasta cuando se atusó el flequillo.

Aparicio dejó gotas de su personal inspiración con el capote, en un saludo primoroso de cinco y la media. Y hubo más fantasía, en un quite a la verónica al tercero y en el saludo al cuarto. No le encontró el pulso y el sitio a ninguno de los dos toros.

El primero le desarmó por dos veces en una labor desestructurada, sin continuidad de ritmo, más de improvisación y casi siempre al hilo. Tampoco tuvo continuidad su labor al cuarto, un toro bueno en el que abusó de salidas y remates sin emplearse a fondo. Lo mejor, una estocada cazando al toro en la yema.

FICHA DE LA TERCERA DE LA FERIA DEL PILAR DE ZARAGOZA

Zaragoza. Sábado 10 de octubre. 3ª de Feria. Más de media plaza.

Cinco toros de Parladé, desiguales de presentación. Manejables en conjunto aunque justos de raza, destacando el 3º, de buen juego. El 6º se echó en la muleta.

Julio Aparicio, división al saludar y saludos.

Manolo Sánchez, saludos tras aviso y petición y oreja tras aviso.

El Cordobés, saludos tras petición y silencio.