Buen pase el natural de Morenito de Aranda
2ª de San Isidro en Madrid. Bueyes Pereda
Leandro Marcos apenas pudo hacer nada. Su primero se paró en cuanto lo picaron, y su segundo, inválido perdido, se defendió dando cabezazos. Una lástima porque el pucelano es de los que sabe torear y, con tan mala materia prima, ha pasado por la feria de puntillas.
Iván Fandiño estuvo animoso con un toro que siempre embistió con la cara alta. Expuso a la hora de matar, se quedó en la cara y sufrió un revolcón. El sexto fue el mejor de la nula bueyada de Pereda. Al menos tuvo veinte arrancadas buenas por el pitón izquierdo, no aprovechadas del todo por Fandiño en dos series de muletazos cortos y rapidillos. Cuando se dio cuenta, el toro ya se había rajado y a partir de ahí la porfía fue inútil.
Morenito de Aranda tuvo en primer lugar un toro más manso que un hombre casado. Huía todo el tiempo. El de Aranda rápidamente se lo quitó de en medio con una estocada eficaz y punto. Más no se podía hacer.
Estoy muy sorprendido con respecto al quinto toro. Malo a rabiar por el pitón derecho, por el que tenía mucho sentido, y mediocre por el pitón izquierdo. Salía del muletazo distraído y dando un tornillazo. Vamos, un toro de lo más mediocre. Sin embargo a muchos aficionados les pareció un toro excelente. Alucinante...
Morenito de Aranda vio rápidamente que su única opción era el pitón izquierdo. Después de una serie de acople con la zurda, dio una segunda muy buena por ligada, limpia y templada, cosa nada fácil porque el toro salía derrotando y con la cara alta. En el inicio de la tercera serie, Morenito se confió y se asentó. Y en cuanto el toro le sintió al hilo del pitón, se le venció propinándole una dramática voltereta. La cosa quedó en un puntazo. Gracias a Dios porque el toro era muy astifino. A partir de ahí la faena fue imposible porque el toro aprendió muchísimo. Después de una porfía voluntariosa, Morenito mató de un gran volapié. Vuelta al ruedo muy merecida. Premio al pundonor.
Alguien gritó en el tendido:”¡Qué asco de ganadería!”. Que no la repitan más.
2ª de San Isidro en Madrid. Bueyes Pereda
Domingo Delgado de la Cámara
08.05.2010
La segunda de feria tuvo muy poco que contar. Una bueyada de José Luis Pereda dio al traste con la tarde. Lo único destacable fue la vuelta al ruedo de Morenito de Aranda después de mostrar su raza y pundonor. Una tarde infumable, para olvidar. Menos mal que el festejo transcurrió con rapidez: dos horas justas.
Madrid. Plaza de Las Ventas. Viernes 7 de Mayo de 2010. Segunda de Feria. Tarde tormentosa. Casi lleno.
Madrid. Plaza de Las Ventas. Viernes 7 de Mayo de 2010. Segunda de Feria. Tarde tormentosa. Casi lleno.
Seis toros de José Luis Pereda-La Dehesilla, desiguales de presentación. Todo un muestrario de invalideces y mansedumbres varias.
Leandro Marcos (de lila y oro): Silencio en ambos.
Morenito de Aranda (de salmón y oro): Silencio y vuelta al ruedo. Iván Fandiño (de caña y oro): Saludos desde el tercio y silencio. José Muñoz saludó tras banderillear al quinto.
Morenito de Aranda fue cogido por el quinto: sufrió un puntazo en el muslo izquierdo, contusiones y erosiones múltiples.
Ayer se cumplía el 88º aniversario de la muerte en Madrid de Manolo Granero. Nadie se acordó y, por tanto, no hubo minuto de silencio en el paseíllo. Tomamos nota. Eso sí: como vuelva a guardarse un minuto de silencio por una folklórica histérica o por un afeitador mafioso, como últimamente ha ocurrido, juro que la armo... Esta clase de homenajes solo deben ser para los grandes toreros del pasado y no para cualquier mindundi, como viene sucediendo en los últimos tiempos. El mundo al revés...
La corrida de José Luis Pereda fue un dolor por su mansedumbre y nula casta. Cosa que no sorprende a nadie porque los peredas suelen salir malísimos. En los últimos San Isidros la corrida de Pereda ha sido una de las que peor juego han dado. Son garantía de desastre. Y a pesar de ello todos los años la repiten. ¿Por qué? Vaya usted a saber. Supongo que será un asunto de política taurina, producto del juego de intereses y correspondencia de favores de la empresa. También debe ser una ganadería muy barata. Y no solo la traen a San Isidro. También a la feria de Abril, donde, como de costumbre, dan un juego pésimo. Por favor, señor empresario, no vuelva usted a traer los bueyes de Pereda, que valen para tirar de una carreta en el Rocío, pero no para ser lidiados en ruedos de primera categoría.
Ayer se cumplía el 88º aniversario de la muerte en Madrid de Manolo Granero. Nadie se acordó y, por tanto, no hubo minuto de silencio en el paseíllo. Tomamos nota. Eso sí: como vuelva a guardarse un minuto de silencio por una folklórica histérica o por un afeitador mafioso, como últimamente ha ocurrido, juro que la armo... Esta clase de homenajes solo deben ser para los grandes toreros del pasado y no para cualquier mindundi, como viene sucediendo en los últimos tiempos. El mundo al revés...
La corrida de José Luis Pereda fue un dolor por su mansedumbre y nula casta. Cosa que no sorprende a nadie porque los peredas suelen salir malísimos. En los últimos San Isidros la corrida de Pereda ha sido una de las que peor juego han dado. Son garantía de desastre. Y a pesar de ello todos los años la repiten. ¿Por qué? Vaya usted a saber. Supongo que será un asunto de política taurina, producto del juego de intereses y correspondencia de favores de la empresa. También debe ser una ganadería muy barata. Y no solo la traen a San Isidro. También a la feria de Abril, donde, como de costumbre, dan un juego pésimo. Por favor, señor empresario, no vuelva usted a traer los bueyes de Pereda, que valen para tirar de una carreta en el Rocío, pero no para ser lidiados en ruedos de primera categoría.
Leandro Marcos apenas pudo hacer nada. Su primero se paró en cuanto lo picaron, y su segundo, inválido perdido, se defendió dando cabezazos. Una lástima porque el pucelano es de los que sabe torear y, con tan mala materia prima, ha pasado por la feria de puntillas.
Iván Fandiño estuvo animoso con un toro que siempre embistió con la cara alta. Expuso a la hora de matar, se quedó en la cara y sufrió un revolcón. El sexto fue el mejor de la nula bueyada de Pereda. Al menos tuvo veinte arrancadas buenas por el pitón izquierdo, no aprovechadas del todo por Fandiño en dos series de muletazos cortos y rapidillos. Cuando se dio cuenta, el toro ya se había rajado y a partir de ahí la porfía fue inútil.
Morenito de Aranda tuvo en primer lugar un toro más manso que un hombre casado. Huía todo el tiempo. El de Aranda rápidamente se lo quitó de en medio con una estocada eficaz y punto. Más no se podía hacer.
Estoy muy sorprendido con respecto al quinto toro. Malo a rabiar por el pitón derecho, por el que tenía mucho sentido, y mediocre por el pitón izquierdo. Salía del muletazo distraído y dando un tornillazo. Vamos, un toro de lo más mediocre. Sin embargo a muchos aficionados les pareció un toro excelente. Alucinante...
Morenito de Aranda vio rápidamente que su única opción era el pitón izquierdo. Después de una serie de acople con la zurda, dio una segunda muy buena por ligada, limpia y templada, cosa nada fácil porque el toro salía derrotando y con la cara alta. En el inicio de la tercera serie, Morenito se confió y se asentó. Y en cuanto el toro le sintió al hilo del pitón, se le venció propinándole una dramática voltereta. La cosa quedó en un puntazo. Gracias a Dios porque el toro era muy astifino. A partir de ahí la faena fue imposible porque el toro aprendió muchísimo. Después de una porfía voluntariosa, Morenito mató de un gran volapié. Vuelta al ruedo muy merecida. Premio al pundonor.
Alguien gritó en el tendido:”¡Qué asco de ganadería!”. Que no la repitan más.
Iván Fandiño en redondo
Morenito de Aranda cogido en su segundo
Fotos: Cabrera, de Burladero.com
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