Plaza de toros de Melilla
La Mezquita del toreo
¿Corrida patriótica en Melilla?
Por Bocanegra
Jueves 19 de Agosto de 2010.- Pues no sería de extrañar. Con el exacerbado espíritu que emana del complejo monclovita, donde la inquietud por la unidad de España y la firmeza mostrada frente a la morisca en clara acción de acoso y derribo contra la ciudad autónoma de Melilla, conduciría allá en tierra africana a la reafirmación de una parte entrañable del ibérico tronco común, y al apoyo a los hermanos melillenses.
/Allá por la tierra mora
Video de la Legión Española y Pasodoble la Bandera
La Mezquita del toreo
¿Corrida patriótica en Melilla?
Por Bocanegra
Jueves 19 de Agosto de 2010.- Pues no sería de extrañar. Con el exacerbado espíritu que emana del complejo monclovita, donde la inquietud por la unidad de España y la firmeza mostrada frente a la morisca en clara acción de acoso y derribo contra la ciudad autónoma de Melilla, conduciría allá en tierra africana a la reafirmación de una parte entrañable del ibérico tronco común, y al apoyo a los hermanos melillenses.
Es de suponer que no se llegaría al extremo de emular aquella magna corrida patriótica del 12 de mayo de 1898, donde la política invadió el redondel por el desastre de la Armada Española en Cuba y Filipinas, porque ni Melilla es territorio colonial, ni aún ha sido entregada a un mohamed que le gusta completar el puzle de expansión marroquí con las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, además de las Islas Canarias y Andalucía, y ante cuyo mapa gusta de posar con ese paladín de la alianza de civilizaciones que se planta con tan escalofriante bizarría frente a las pretensiones del morito.
Tarde memorable aquella en la que diez diestros mataron otras tantas reses regaladas por sus criadores.
Toros lidiados y estoqueados sucesivamente por Luis Mazzantini, Valentín Martín, "Guerrita", "Torerito", "Lagartijillo", "Minuto", Reverte, Fuentes, "Bombita" y "Villita", quienes actuaron de forma desinteresada.
La presidió el alcalde de Madrid, en aquellas fechas el conde de Romanones y el I Califa de Córdoba, Rafael Molina "Lagartijo", ya retirado, para actuar de asesor en el palco.La plaza se llenó a rebosar, se pagaron cantidades astronómicas por las entradas. Como ahora, eran tiempos difíciles de la historia de España y se reflejaban en las corridas de toros principalmente.
Todo el público lucía en las solapas lazos los colores nacionales, que también eran los que predominaban en los adornos de las mujeres. Durante toda la tarde no cesaron de sonar los himnos Patrióticos y los entusiastas vivas a España provocados por los inflamados brindis de los espadas, algunos de ellos verdaderamente feroces, que encendieron los ánimos:
Guerrita:
"¡Brindo al presidente y a sus compañeros, con el deseo de que el toro se transforme ahora en yanqui!"
Mazzantini:
"¡Que todo el dinero recaudado en esta corrida se gaste en dinamita para romper en mil pedazos aquel país de aventureros llamado Estados Unidos!"
Seguro que ahora, como aquellos otros, los toreros acudirían prestos a la llamada de la patria; voluntarios para torear en Melilla habría más de diez, -digo yo- y ganaderos generosos…...unos cuantos.
Además el mundo del toro estaría gustoso de mostrar su españolía -al igual que lo hace en Barcelona- con su profesión, la Fiesta Nacional, ahora que ha sido prohibida en Cataluña por ser precisamente el más hermoso símbolo de España.
Esta machada se sumaría a la que ya constituye el ruego de ser recibidos los del gremio, por la okupa del ministerio de la ceja, y con otra no menos gallarda y determinante como es la carta al inquilino de la Zarzuela en agradecimiento por divertirse, desde que era chico, asistiendo al campo bravo y a las corridas de toros; aunque, por cierto, carta nada comparable –eso sí es verdad- al lametón al primer aficionado del Teniente Hermano Mayor de la Real Maestranza de Sevilla ¡Ahí es ná!
Esta machada se sumaría a la que ya constituye el ruego de ser recibidos los del gremio, por la okupa del ministerio de la ceja, y con otra no menos gallarda y determinante como es la carta al inquilino de la Zarzuela en agradecimiento por divertirse, desde que era chico, asistiendo al campo bravo y a las corridas de toros; aunque, por cierto, carta nada comparable –eso sí es verdad- al lametón al primer aficionado del Teniente Hermano Mayor de la Real Maestranza de Sevilla ¡Ahí es ná!
Las indudables ansias que mostraría, ese admirado ser monclovita, de refrendar el acontecimiento presidiendo la corrida patriótica, se refrenarían para ceder gentilmente el palco a alguna de las mujeres policías retiradas de sus puestos en la frontera hispano-marroquí para salvaguardarlas de las efusivas muestras de afecto de la morralla con babucha.
Qué hermoso sería en el utópico festejo que los toreros españoles sobre el ruedo de La Mezquita del Toreo recordaran los brindis de Guerrita y Mazantitini, aun teniendo en cuenta que de nada serviría en Melilla estoquear a un yanqui, ni despedazar los Estados Unidos de América. ¡A lo negro maestro, a lo negro! como le dijeran a Manolo Navarro en Tomelloso.
¿Y la música? Ay dios mío, esa vuelta al ruedo sobre el albero, de la banda de la Legión Española, con su carnero y todo, con el renovado espíritu de sus fundadores, a los sones de Banderita y el público enardecido cantado :
/Allá por la tierra mora
allá por tierra africana
un soldadito español
de esta manera cantaba: /
Bonito cuento ¿verdad?, pues para Barcelona sería ideal.....
Video de la Legión Española y Pasodoble la Bandera
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