jueves, 7 de octubre de 2010

Pilar Aroca elogia la pintura de Evaristo Guerra

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Por Julia Sáez-Angulo
Fotografía: Dolores de Lara

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En la fotografía: Pilar Aroca y Evaristo Guerra sonríen rodeados de amigos

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La escritora Pilar Aroca ha impartido una conferencia en la Casa de Castilla – La Mancha en Madrid bajo el título “El trascendido mundo de Evaristo Guerra”, que estuvo presente en el acto. La conferenciante fue presentada por Alfonso María Ruiz Mateos, presidente de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas. El escritor Francisco de la Torre coordinó las intervenciones.

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El pintor, que ya había recibido la medalla de Oro de la Diputación de Málaga, recibe el próximo día 15 de octubre la distinción de hijo predilecto de Vélez-Málaga, por su trayectoria artística y en especial por su generosa contribución a la pintura de la ermita del pueblo en sus cuatro muros y en su bóveda, con un paisaje que incorpora el exterior en el interior del edificio.

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Esta pintura mural en la ermita, de gran belleza cromática, ha supuesto el trabajo continuado del artista durante once años subido a un andamio, en la diversas vacaciones en Vélez-Málaga. Un total de 1.300 metros cuadrados de pintura.

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Pilar Aroca (Madrid, 1937) hablo de la bella dualidad de la pintura de Evaristo Guerra (Vélez-Málaga, 1942), que trasciende la belleza de su Andalucía natal y se hace universal. Su arte tiene la fuerza de un coloso y el espíritu de un niño, destacó la poetisa.

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La conferenciante hizo un recorrido biográfico y creativo del pintor de “paisajes tamizados y cristalizados, que rehúyen la prisa y el agobio”, en los que cabe destacar “los blancos y rosas de sus almendros en flor” y “los atardeceres azules y malvas”.

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Las sierras andaluzas y la cal de sus casas se hacen presentes en la pintura de Evaristo Guerra, más allá del estilo naïf, con un puntillismo singular, místico y espiritual. “Evaristo Guerra y su pintura son una misma cosa”, señaló la conferenciante, quien recordó que Evaristo era hijo de panadero y que Adela, su esposa, ha sido un apoyo importante en su vida.

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Un niño con una estrella en la mano

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Mingote, el dibujante de verdades y de humor, ha retratado a Evaristo Guerra como un niño con una estrella en la mano, recorriendo los campos en busca de paisajes hermosos para sus cuadros.

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Aroca recordó la gran exposición retrospectiva que el artista tuvo ene. Centro Cultural de la Villa de Madrid en 1995 y que abarcaba cuadro décadas de su carrera artística. El comisario de la misma fue el historiador Wifredo Rincón.

El paisaje de la Axarquía malagueña ha quedado reflejado en cuatro estampas que el pintor ha dedicado a representar las cuatro estaciones del año. La conferenciante subrayó el rigor compositivo de los cuadros de Evaristo Guerra para reflejar el estallido, la eclosión y la comunión con la tierra.

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Entre el público de la conferencia se encontraban pintores como Cejudo Nogales, José Carralero, Maica Bass, Isabel Torre Cañeque y escritores como Nicolás del Hierro, Emilio López Parra, José María Gómez, Jesús Sevilla, Mar Capitán, Carmina Casala, o Benito de Diego.

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