Por Aurelio Hernández
Fotografía: ©Dolores de Lara
Ayer en el Palacio Vistalegre del Rastrillo ‘Nuevo Futuro’ de la Casa de Campo de Madrid, el invitado fue César Pérez de Tudela, uno de los pioneros y quizás el más conocido de los alpinistas de nuestro país. Desde entonces muchos son los que se han agarrado/ a “su cordada” tratando de seguir y emular sus hazañas, al escalar y coronar – el fin perseguido por todo montañero- esas enormes cumbres, algunas, conocidas y otras, las que más, desconocidas hasta entonces.
Recientemente el veterano alpinista español de 70 años, encabezó la expedición “Alpinistas con Cancer” con la misión de colocar en lo más alto de la cima del Khan Tengri (7.010 metros) en Kirguizistán (Asia Central) una bandera de la Comunidad de Madrid, entregada por el Hospital “Doce de Octubre”, en la que están estampadas las manos de los niños que reciben tratamiento contra esta penosa enfermedad.
Esta expedición, durante la cual el alpinista navarro sufrió un infarto de corazón, temiéndose por su vida, pretende servir de estímulo y ánimo a estos niños que sufren.
Transmitiéndoles la esperanza y afán de superación que el alpinismo comporta.
El acto de presentación corrió a cargo de la habitual tertuliana radiofónica de Intereconomía, Maribel Berzosa, quién hizo una somera semblanza de la biografía del homenajeado, resaltando las muchas cualidades que atesora, pasando posteriormente a la imposición de la tradicional “chapa” que le acredita a” la mejor faena”, a este “maestro grande de la vida” como lo definió Maribel. Con la expresión taurina “voy a darle al maestro los trastos de matar” le invitó a que tomara la palabra.
César, en primer lugar, dio las gracias por la entrañable acogida de todos los presentes en este acogedor puesto del Rastrillo de Nuevo Futuro y, muy especialmente, se dirigió a Mª Jesús y a su hija Irene Villa.
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