F. Cano, E. Ponce, y At. Chávarri
-Fotografía de Dolores de Lara-
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La V edición de los Premios “Enrique Ponce” del Club Allard tuvo anoche su culminación en la sede madrileña con la entrega por el propio matador de los galardones correspondientes a la temporada 2010, a los triunfadores en los ruedos como el matador Juan Mora, y la ganadería de “Partido de Resina”, así como los más los destacados en la cultura taurina como el periodista José Antonio del Moral, la escritora y fotógrafa Muriel Feiner, y el legendario Francisco Cano “Canito”.
Ante una concurrida y selecta concurrencia de público, presentó y moderó el acto el periodista de TVE Javier Hurtado, que dio paso a una salutación del presidente del Club, Antonio Chávarri, para pronunciar una excelente glosa de Enrique Ponce al tiempo de ofrecerle muestras de gratitud por su presencia y por prestigiar estos premios con el otorgamiento de su propio nombre.-
Dejó constancia de la clara vocación taurómaca del Club Allard y su decido afán de promoción y defensa de la Fiesta Nacional. Así mismo, Antonio Chávarri, ponderó la valía artística de los trofeos consistentes en sendos grabados del gran pintor Vicente Arnás que forman parte de su Tauromaquia de los Curas en los Toros, con el preciable mecenazgo del vicepresidente de los bibliófilos taurinos José María Moreno Bermejo.
El escritor Andrés Amorós, cronista taurino del diario ABC, como presidente del jurado relató los criterios aplicados por los miembros del mismo para reconocer los méritos de los galardonados, y así destacó a Juan Mora como protagonista de la temporada por su portentosa actuación del 2 de Octubre en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, que le abrió la puerta grande al cortar tres orejas, y su memorable faena al toro de Torrealta resucitando el toreo de siempre.
Juan Mora se sintió orgulloso de lo conseguido pero añadió que su llamada resurrección, tras años de postración por los empresarios, no es más que el fruto de la perseverancia en unos valores y y la fe en sus posibilidades, reconociendo a su compañero Enrique Ponce como maestro de maestros y agradeciendo recibir este reconocimiento de su propia persona.
Los aficionados de Madrid, han disfrutado este año del acontecimiento de la recuperación de una ganadería emblemática como es la de Partido de Resina con el encierro jugado en fecha previa al abono de San Isidro, erigiéndose en el más importante de la temporada madrileña. Los éxitos en las corridas concurso en la que participó y el colofón de su triunfo en la Feria del Pilar de Zaragoza han refrendado el esfuerzo de sus criadores para mantener un encaste único que da los toros más bonitos de la cabaña brava.
Recogió el premio Javier Morales, artífice de la labor ganadera, destacando el esfuerzo y dedicación de su familia en los tres último lustros transcurridos que completan los 125 años de existencia de los pabloromeros. Recordó igualmente la inestimable aportación de un mayoral dinástico como Manolo Muñoz, y del administrador José Luis Algora, agradeciendo al maestro de Chiva el trofeo recibido de sus propias manos, y con emocionadas palabras dedicárselo muy especialmente a dos seres queridos que le han marcado los últimos tiempos; una vida que se fue como la de su joven sobrino, y otra que llega con su reciente nieto.
El premio a la labor periodística ha recaído en la persona de José Antonio del Moral, cronista taurino de la Gaceta-Intereconomía, que ha sabido prestigiar con su brillante maestría en la crónica taurina el espacio ofrecido por un nuevo medio. La subdirectora de La Gaceta, Maite Alfageme, relató la satisfacción de la empresa por la concesión de este merecido premio a José Antonio del Moral, la de su director Carlos Dávila y de ella misma, por la decidida apuesta que hicieron por los toros y por el cronista colmenareño a pesar de las presiones sufridas desde cualificadas y altas instancias para impedir su designación al frente de la sección.
De forma extensa y prolija relató Del Moral su trayectoria en los medios y en el mundo del toro, destacando que su acreditado conocimiento le viene dado por el concienzudo análisis del toro y toreros, y de nutrirse de las sabias opiniones de los protagonistas de la fiesta como son los acreditados ganaderos y las grandes figuras del toreo, por lo que manifestó su admiración y amistad.
Estimó este trofeo como la llegada al oasis tras la larga travesía del desierto a la que se vio obligado en los últimos y largos años de ostracismo intencionado sufrido.
Muriel Feiner, la mujer americana que se enamoró de España para después hacerlo del torero Pedro Giraldo y crear una maravillosa familia unida en el amor al toro, expresó con entrecortadas palabras su experiencia con la pluma y con la cámara, destacando que entre el ingente número de imágenes que ha recogido con su objetivo hay dos que le satisfacen especialmente, dos trincherazos, uno de Antoñete y otro del maestro Ponce, que le llevan a las maravillosas instantáneas que pudo captar con la actuación de Juan Mora en Las Ventas, y que una de ellas –la alegría del torero- ha merecido el premio hoy recibido a la mejor fotografía, y con el orgullo de estar ante un maestro que siempre le sirvió de estímulo como el histórico Curro Cano.
Fue este mismo, Francisco Cano "Canito", el que deleitó a la concurrencia con sabrosos pasajes y divertidas anécdotas de su larga experiencia por las plazas del mundo cámara en ristre y tocado de gorrilla blanca que le hacen familiar e inconfundible allá por donde va.
Relató cómo conoció a Ponce de niño cuando le llevó su abuelo Alejandro para que le viera torear cuando aun no levantaba dos palmos del suelo. El pronóstico no podía fallar viendo la inteligencia y conocimiento de Enrique –dijo-, lo fácil era decir que sería figura del toreo, y aquí está dándome a mí un premio a mis noventa y ocho años de edad, que los celebré en días pasados toreando dos vacas y cogiéndome una de ellas –alguien comentó que esta habría sido ingresada en una clínica veterinaria para ser atendida de las lesiones sufridas en el percance contra el duro e incombustible Canito-.
Concluyó el acto con otra magistral intervención de Enrique Ponce para resaltar su satisfacción de presidir y entregar unos premios que llevan su nombre, para glosar los méritos de todos los premiados y resaltar los lazos de amistad y respeto que a ellos les une, proclamando os valores de la fiesta y su orgullo de ser torero.
Un brindis por una feliz Navidad y mejor futuro para la Fiesta y para España, selló tan magnifico acto para dar paso a un cordial y generoso cóctel.
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