Por J. Campos
Fotografías: ©Dolores de Lara
Como reconocido homenaje al maestro Antonio Mingote, el Centro Comercial Sexta Avenida de Madrid, celebró un emotivo acto que contó con la presencia de grandes amigos que quisieron estar a su lado.
La presentación corrió a cargo de la periodista Nieves Herrero, que con gran maestría, como en ella es habitual, nos hizo una somera biografía de este nonagenario y genial maestro del dibujo, académico, escritor y periodista gráfico.
Nieves Herrero, comento: “En este año tan negro, apostamos por la alegría” y que mejor manera de combatirlo que dar a conocer esta exposición que nació hace unos cuantos meses con la intención de pasearla por el resto de España. “Sus gordas” famosas, “sus náufragos”, “sus vagabundos”, “sus cavernícolas”… son personajes que han sido famosos en la vida de Antonio Mingote, excepcional humorista y gran erudito. Iba para filósofo pero se cruzó en su vida la revista “La codorniz” dejando de lado a Aristóteles y Kant. Teniendo la enorme virtud de haber dedicado casi 60 años –58 para ser exactos—a un mismo medio, el periódico ABC con el que sigue colaborando.
Qué mejor manera de definir la personalidad del homenajeado que a través de un dibujo. Guillermo Summers, a requerimiento de Nieves Herrero mostró a todos los presentes un boceto confeccionado con las iniciales del apellido MINGOTE: M de maestro, I de inteligente, N de noble, G de genial, O de observador, T de trabajador y E de entrañable. Y además apostilló, tiene la solución a un problema que nos tiene a todos agobiados, la sucesión de Zapatero.
Laura Valenzuela, que también se encontraba entre los amigos asistentes, dijo: “es una persona estupenda, ahora cuando se enfada… se pone tremendo, que nos da risa”.
Nati Abascal, Gemma Cuervo, Natalia Figueroa, Lina Morgan y hasta la propia esposa de Mingote, Isabel, desenmascararon a Antonio, relatándonos algunas vivencias y anécdotas.
El punto final lo puso el propio Mingote, que visiblemente emocionado, refirió: “Me choca que me hayan dado un homenaje, y más, por haber estado haciendo lo que me daba la gana –en clara referencia a su trabajo--. Tengo una gran riqueza que son los amigos, aunque por desgracia, más son los muertos que los vivos. Los halagos que me dan me enorgullecen, pero los que más me han criticado, son los que más me enseñaron”.
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