Arturo Saldívar, instantaneas del día de su confirmación
Por ANDRÉS AMORÓS/ Fuente: ABC Cultura/ Fotografías: Dolores de Lara
Llegan las figuras, se abarrota la Plaza... y los toros decepcionan, por su presentación y su comportamiento
Pase de rodillas
Es una historia repetida, previsible. No vale el tópico de la corrida de expectación. En Madrid, en la Feria, hay que añadir un matiz importante: llegan las figuras, se abarrota la Plaza... y los toros decepcionan, por su presentación y su comportamiento. No debían ser así las cosas.
Alternativa
Vienen este año dos tardes a San Isidro los toros de Núñez del Cuvillo, en la cumbre después del indulto de Sevilla. La primera sale mal, sin paliativos: escasa presentación, varios blandean, otros mansean claramente... Se mueven, eso sí, con mejor o peor clase.
La tarde se pone áspera, con protestas continuas. Lo que es peor: los que protestan tienen razón. Si el comportamiento del toro no es previsible, la adecuada presentación sí se debe exigir. Y la reiterada falta de fuerzas aburre e indigna.
En este día de «El santo de la Isidra», como lo bautizó Arniches, el cartel taurino solía ser mediano: se contaba con que la festividad era suficiente para llenar Las Ventas. Acierta la empresa ahora con un cartel notable. En él, no figura ningún diestro madrileño. ¿Sería posible algo parecido en otras Comunidades? Lo dudo. Mérito de Madrid ha sido siempre no pedir a nadie el carnet de identidad. El madrileñismo literario lo inventan: Galdós, canario; Arniches, alicantino; Valle-Inclán y Cela, gallegos; Umbral, vallisoletano... Pero todo esto son, estrictamente, «literaturas». Lo decisivo es que llega el medio toro y todo lo desbarata.
La mejor suerte le toca a Arturo Saldívar, el confirmante mexicano, recibido con lógica simpatía. El primero, mansurrón, se cierne y flojea, se mueve pero algo rebrincado. Lo recibe con seis muletazos de rodillas, en el centro del ruedo. Luego, aguanta, firme la planta, pero el toro se queda corto. No impone su dominio, surgen los enganchones y mata regular: petición insuficiente.
En el sexto, hundida ya la tarde, vuelve a echar toda la carne en el asador. Brinda al público, lo recibe en el centro con pases cambiados, a muleta plegada. El toro se viene muy fuerte y Saldívar aguanta el envite. Alterna muletazos limpios con otros, menos. La gente se ha puesto de su parte: además de la simpatía por el nuevo, se lo ha ganado con su entrega y decisión.
Morante suscita, en Madrid, una gran expectación. Es lógico: es un caso aparte, un verdadero artista. Hoy, los toros le impiden cualquier lucimiento. Cuando va a estirarse, en el segundo, flojea; lo dobla bien y se cae. Machetea y mata mal. Una bella espectadora dice el comentario popular andaluz: «A tomar... dijo David y tiró el arpa».
Remate pinturero
El cuarto se derrumba en varas. Con empaque, acompaña la embestida: al tercer muletazo, el toro se va al suelo. Por la izquierda, lo ha de aliviar, por alto. Dibuja un remate pinturero y el toro se cae. Todo ha quedado en apuntes, esbozos. Y entra a matar sin entrar a matar (ustedes me entienden). La decepción es lógica.
En el tercero, protestado de salida, como varios de sus hermanos, Talavante se queda muy quieto. Como está flojo, el segundo puyazo no existe y la afición se encrespa, con razón. Brinda al público, entre una fuerte división. El toro se mueve y él hace la estatua: faena vertical, aguantando mucho, con naturales aceptables, a un toro claudicante, al final. Mata mal.
El quinto es bizco, pega arreones de manso. Quita Saldívar por chicuelinas movidas. Embiste rebrincado, se revuelve rápido. El mérito de Talavante es aguantar la embestida descompuesta: algún natural le sale limpio, no todos. Vuelve a matar mal pero se le nota que ha avanzado claramente en oficio.
Tarde de decepción, en conjunto. Con el medio toro, en Madrid, no cabe el éxito. Ni aunque bajen los ángeles del cielo, como dicen que hacían para ayudar en su tarea a San Isidro, mientras éste rezaba.
Otra cosa mala, todavía: con una corrida así, no es fácil que aumente la muy descriptible afición a los toros del alcalde Ruiz Gallardón...
FERIA DE SAN ISIDRO
Nuestra Presidenta como Ruíz Gallardón no faltaron a la corrida de san Isidro
MONUMENTAL DE LAS VENTAS. Domingo, 15 de mayo de 2011. Sexta corrida. Lleno. Toros de Núñez del Cuvillo, de pobre presentación y juego.
MORANTE DE LA PUEBLA, de verde hoja y oro. Pinchazo y descabello (silencio). En el cuarto, cuatro pinchazos y estocada trasera. Aviso (silencio).
ALEJANDRO TALAVANTE, de blanco y plata. Bajonazo y estocada (silencio). En el quinto, estocada atravesada y descabello (silencio).
ARTURO SALDÍVAR, que confirmó, de nazareno y oro. Estocada atravesada (petición insuficiente y saludos). En el sexto, dos pinchazos y estocada caída (ovación y saludos).
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