Por Francisco Mateos.--José Ortega Cano-
El fin de semana de ocio hace que el informador se relaje de estar al minuto de las noticias taurinas. Pasa la mañana del domingo con el móvil apagado y sin ojear titulares taurinos. De regreso a Sevilla, se prefiere otro tipo de música que el noticiario de la emisora de rigor. Y ya en Sevilla, justo antes de salir para la cita con las novilladas dominicales de la Maestranza, te llega la noticia en forma de pregunta. "¿Cómo está Ortega Cano? ¿Sabes algo de última hora?". El informador se queda perplejo e intuye que algo grave ha pasado... quizás un accidente en el campo, quizás embarcando alguna novillada o corrida, quizás una mala caída en un tentadero para matar el gusanillo,... quizá la maldita carretera. Y ahí se acierta: la carretera, otra vez.
A las puertas de su finca sevillana, como cuando más a gusto está uno toreando, cuando tiene al coche y la carretera dominado como ese toro soñado que se cuaja en la Maestranza y te abandonas, José, a torear con el alma... y ¡zas! llega el cornalón que te mete el pitón en las entrañas hasta la cepa. "Ésta es más grave que la de Zaragoza", te daría tiempo a pensar mientras los bomberos trataban de zafarte de los retorcidos pitones de hierro de un coche destrozado.
Ortega Cano lleva un tiempo que no es él. La muerte de Rocío, la muerte de su madre, la necesaria y obligada retirada porque la edad pasa factura, sus problemas de salud... y otras muchas 'cosas' que una semana sí y otra también terminan por bombardear su alma soñadora. Canallas aquellos que quieren hacer caja con la vida privada y reservada de un torero antiguo cosido a cornadas. Canallas aquellos, sean familiares, amigos o enemigos, que atacan al débil de corazón en horas bajas porque su vida sucumbe ante ausencias desmesuradas. Canallas aquellos que por un puñado de euros 'largan' en platós insinuaciones a sabiendas que urgan aún más en la herida sangrante de un torero que necesita soñar. Canallas aquellos que no han sabido darle a José el cariño que necesita. Canallas los que no entiendan que José es así, porque cada uno somos como somos. Canallas los que no saben que Ortega Cano es la persona más fácil de robarle, porque con sólo darle cariño y estima se deja robar hasta la vida. Canallas los que con su maldad, los que con su falta de cercanía, los que con su falta de apoyo cuando él lo necesitaba, los que han renegado del cariño que necesitaba entregarles, han abocado a José a perderle el respeto a la vida. Y canalla la vida por no respetar a un hombre bueno.
Realmente así es en realidad.
Fuente: www.sevillataurina.com
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