miércoles, 27 de julio de 2011

JOSE TOMÁS SE APARECE

Por ANTONIO D. OLANO / Fotografías: ©DOLORES DE LARA y J. R

©Dolores de LaraAntonio D. Olano¡Albricias, pan de Madagascar!, exclamaba un personaje teatral de un gran y ya olvidado escritor: Manuel Pombo Angulo. Una frase que no decía nada y todo lo expresaba. Y de ese modo y parecida manera se hizo el milagro. Los españoles somos de un natural milagrero-De ahí que se nos hayan aparecido tantas Vírgenes en las que no creía Jardiel  Poncela  Ateo de la penicilina “porque es un invento inglés” y pedía que lo envolviesen en un manto de la Virgen del Pilar, su paisana pequeñita de tamaño como el autor de “Angelina o el honor de un brigadier”.

Necesitamos de lo sobrenatural, tanto si se trata de “las caras de Bélmez” o de la Virgen que cuentan que se aparecía en El Escorial quitándole protagonismo y hasta su silla de piedra a Don Felipe II, que en gloria esté. Si Fátima o Lourdes nos caen a mano, nos vamos de romería a San Benitiño, al más milagreiro que es “San Benitiño das Neves.

Con el toreo ocurre tres cuartos de lo mismo. Periódicamente la Fiesta se nos muere de casta y de aburrida. Y el aburrimiento, ya lo dijo Voltaire, es el único género no lícito. A los toros no los despacha del Parlamento catalán, sino la monotonía, el aburrimiento en el que han caído, precisa revulsivos o mayormente repulsivos. No es el caso de José Tomás que, tras un grave percance en México lindo y bonito, decidió no reaparecer, sino aparecerse a una embobada y limitada multitud – dieciséis mil espectadores, dieciseís -de ellos algún pagano en precios de oro y, además, los invitados que se lo pasaron en grande devorando la “paella mixta” valenciana. En los chiringos de la Malvarrosa a la que ya no llega ningún tranvía.

  J. R J. R J. R

A esta romerias multitudinarias le gusta asistir un escritor que ordena y, manda, que templa y carga la suerte. Mi amigo Fernando Sánchez Dragó que se los pasa (los toros, claro) por zonas peligrosas. Nuevo San Ignacio de Loyola, o Marco Polo, quiere evangelizar Japón con chaquetillas recamadas y estoques. Creo que a Valencia vísperas de Santiago y cierra España, no llegó en barca de piedra. Mas, como de hombre multifacético y también televisivo debió lamentar que lo estuviesen en la calabriada las cámaras televisivas. Todo porque el demiurgo José podría reivindicarse como Mishima que se hizo el hara/ kiri ante las cámaras

J. R. El caso es que José tomas siempre entre el clamor del público y las crónicas de los exegetas, terminó el destejo asustando a sus seguidores porque el toro de los cuernos de plátano le dio una voltereta.  Lo que no impidió que los cronistas de la vaselina escribiesen que el torero engrandeció su leyenda los toreros de verdad, y el es una gran figura del toreo pueden pisar el terreno resbaladizo que pertenece al toro como lo hacía Juan Belmonte. Pero cosa bien distinta es robarle ese terreno al pobre y flojo astado. Y así ocurre lo que no debía pasar. Pero estoy de acuerdo con los que dicen que José Tomas asusta al miedo o peor sería la viceversa.J. R.

Un maestro de la Literatura Taurina, Andrés Amorós, todavía no envenenado de histerias, escribió en su crónica de ABC las diez claves de lo sucedido. En la cuarta dicen que se había anunciado novedades en su estilo. Solo he advertido un quite con el capote a la manera de Miguelin sigue diciendo Amorós. Nadie puede ir contra el entusiasmo del público y no osaría recordar el dicho de Lope de Vega: “El pueblo es necio y por eso es justo hablarle en necio para darle gusto”.

Vuelvo Amorós y no porque no quiera mojarme. Se refiere a José Tomás del que dice es un gran torero. “Además posee lo que Bergamín llamaba “percha literaria”. Sus admiradores vuelcan sobre las tales exageraciones que ayuda a crear su mito, aunque produzcan algo de rubor. Leemos que es el mejor torero de toda la historia, el mesías redivivo que viene a salvar a la Tauromaquia amenazada, el ser humano que une los ideales aristotélicos del héroe. Bueo…” 

“Nadie discute que es un gran torero, dotado desde el comienzo de su carrera de grandes cualidades. Sobre ellas, un habilísimo uso de los medios de comunicación. Ha contribuido a forjar un mito, no ©Dolores de Laraconcede entrevistas, no se ve en sus faenas en televisión, se mantiene en un ámbito de misterio.

Hace que cuando torea las campanas suenen arrebato. Sin embargo, el torero al que acompaña el misterio no es de arrebato como lo han sido, entre otros, Manolete, Dominguin, El Cordobés que se arrimaba y practicaba un angélico y a la vez diabólico toreo.

“El toreo soy yo” en este momento pocos son los que pueden repetir esa frase. Uno de ellos Enrique Ponce. Aunque le deseo lo mejor al enjuto, serio torero de Galapagar, el torero no es él. No obstante él se ha fabricado la leyenda de mito. Se va a aparecer como las vírgenes elevadas a los altares, en ocho o nueve ocasiones esta temporada. Que la Santísima Trinidad le reparta suerte.

Parece ser que su última corrida coincidirá con el cierre de la Plaza Monumental de Barcelona. Lo presentan como el redentor que dice a Lázaro: levántate y anda. Desgraciadamente la idiocia de los parlamentarios catalanes no tiene remedio y vuelvo a Amorós para recordar que si bien Manolete fue la figura de la post guerra José Tomás pasará si es que pasa a la Historia como el torero del zapaterismo. Es decir: de la crisis, del desmadre y de la peor época que vive y sufre España. Por sus toreros conoceréis los sucesivos periodos que vive, sin vivir en sí, España

©Dolores de Lara ©Dolores de Lara

Yo también pido la oreja que le faltó para salir en hombros y que no pudo llegar a las manos de José Tomás. Un torero que merece varias páginas de Cossío ¿Y qué pasa? Pasa que pasa el torero de la triste figura.

©Dolores de Lara  J. R

Posiblemente de la intención de hacerlo todo lo mejor posible. Pone su juventud y su vida por delante. Pasa que si, pasa alguien. En definitiva pasa que no pasa nada. Aunque ronde la tragedia.

Domingo Ortega, víctima de varias graves cornadas, decía que cuando surge el percance es que se ha equivocado el torero.

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