Parece que fue ayer y ya es mañana.
Mi tiempo en las orillas de tu río
Se ha dormido detrás de mi ventana.
José Utrera Molina
SE MARCHÓ UN ANDALUZ. ESPAÑA SE DESANGRA
Por ANTONIO D. OLANO / Fotografías: ©DOLORES DE LARA
“¿Has ido a ver a Antonio? Hablé con él, lo noto decaído…”
Esa es, más que menos, la frase con la que nos saludábamos cada mañana. Los dos amigos, a quien admira y quiere, sevillano uno, malagueño el otro, llevaban a Sevilla flor de piel. “Yo te llevo por dentro de mis venas / en brazos de mi afán enamorado” Sevillla (..y Sevilla!) Los quería a ellos.
Uno había nacido allí y los allí nacidos empiezan a disfrutar de un cielo. Cuestión de eternidades. El otro en Málaga (¡no te cambio tu olvido por mi pena/vale más mi dolor; cuenta saldada).
Últimamente coincidíamos en la casa madrileña de mi tocayo Antonio Lopera. Presente en todos los eventos, en las procesiones sevillanas todas, entusiasta del Betis “manque pierda” y de los legionarios desfilando junto a su paso. Camina la Legión, camina España.
No he conocido, ni voy a conocer, dos españoles a los que no era necesario convencer de que España debía erguirse, cabrearse de tantos fariseos que se dicen españoles, cabrearse y gritar: “aquí estoy yo, aquí, en mi y en vosotros habita España”.
Antonio Lopera, que se crecía, se gustaba como los buenos toreros, Curro al frente, se iba retirando, poco a poco a sus cuarteles.
Era necesaria paciencia y poder de convencimiento, para sacarlo de casa. Sacarlo de su casa madrileña. Recuerdo que conseguí llevarlo a la reunión sabatina del “Txoco Zar” y el dolor le obligó a dar “la espantada” y marcharse, cuando hacían la aparición los postres. Lo fui a buscar con motivo de la imposición de “La Boina”, en “Torres Bermejas” a Alberto Ruiz Gallardón.Nos sentamos en torno al cocidito madrileño el suegro del Alcalde, el poeta Utrera Molina, él y yo.
27 de septiembre del 2010, Lopera charlando con Gallardón en “Torres Bermejas “
En el “tablao” ya mítico, en el que bailó la Duquesa de Alba y cantó el cante, Camarón de la Isla, todos querían las sillas de cercanías, para escuchar sus dichos y chistes a ese personaje ya mítico, Antonio Lopera.
Camarón Duquesa de Alba Maleni, por bulerías
Y, allí mismo, bailó Maleni Loreto que se nos fue, hizo mutis por bulerías, que los flamencos, los gitanos grandes, no se mueren nunca. Hacen mutis por los laterales en los escenarios sin foro.
Si un sevillano muere, desaparece un rincón de Sevilla, y, para ser sevillano, no es preciso ni vasta nacer a la vera del Guadalquivir, sino sentirse Sevillano. Algunos afortunados, fortuna y vocación unidas, nacen en otros lugares del mundo y se hacen Sevilla. Eso ocurrió con Antonio Burgos, el maestro, el sultán cristiano, el escritor iluminado por el don poético, con el que lloro, en corto plazo de tiempo, a esas dos instituciones sevillanas, que parece que se han desprendido de lo más alto de la Giralda: Maleni y Lopera.
Utrera Molina Y Antonio D.Olano lloran su ausencia
“¿Has ido a ver a Antonio Lopera?”, me preguntó a media mañana Utrera Molina. “Hablé con él y lo noto muy, muy decaído…”
Y, cuando la tarde anochecía, me vuelve a llamar desde Nerja: “Te voy a dar una terrible noticia: Antonio se ha quitado la vida…”
Me acordé de César que remató, recibiendo, su agonía: “Morir es la costumbre de seguir viviendo”
Antonio Jiménez Lopera, que fue dueño y señor de la Hostelería Española cuando ésta se puso de tiros largos, luego de gala, pudo decir, al volapié y antes de ser corneado por la muerte: “Morir es no querer perder la costumbre de seguir viviendo”.
(Esta noche le recordarán en “Casa Ciriaco” los “amigos de Julio Camba” de cuyo grupo, hoy presidido por Mingote, era animador y parte importante Lopera al que le cumple la palabra amigo)
Los “Amigos de Julio Camba” no dan crédito a la realidad
Un bello ramo envolvía la silla donde tantas veces…
… Antonio Lopera había sido feliz
“¡Qué pena!”, murmuraba por lo bajo Antonio D. Olano
Estos eran sus poderes: subdirector, con mando en plaza, del “Ritz” madrileño. Director del “Hotel Alfonso XIII” de Sevilla, un lujo en el lugar en que todo es un lujo, muñidor, creador, señor y casi dueño del madrileño “Villamagna”. Director del “Villa Romana” Marbellí, cuando Marbella era la capital del ocio de los magnates del universo mundo.
Primer carné de la juventud José Antoniana.. Pero, sin condiciones ni buscar provecho, él amaba a España porque le gustaba.
Nuestro amigo el poeta, el español que nunca mudará de bandera, quiero concluir este adiós, que Burgos llamará muy justamente gorigori, con versos suyos:
Quiero velar tu soledad inerte,
Amar tu libertad, soñar tu muerte,
Tu muerte de cristal, sin agonía.
Que ha mi padre lo nombreis como ANTONIO JIMENEZ LOPERA le hubiera sentado literalmente como un cuerno...
ResponderEliminarEsta es de esas erratas que a él tanto le gustaba encontrar asi como pedir que se remediasen.
Asi es como hija y siguiendo su costumbre os pido que lo repareis.
Un saludo.
Esperanza Lopera
Sabes llevo años buscando a D. Antonio Lopera , tuve la gran suerte de conocerle en Sevilla en el bar donde yo trabajaba. Allí tuve la suerte de hacer amistad con el y con su señora la que normalmente siempre llegaba antes que el, ya que venia de Madrid en ave y el en coche. Me he conmocionado al enterarme de que ha fallecido y aunque algo tarde, desde aquí quiero mandarle mi mas sincero pésame a toda su familia.
ResponderEliminarY también darle al el las gracias donde quiera que este por los ratos que pasamos y las cosas que me enseño.