Rafaelillo le echó valor citando al toro más peligroso de la tarde
El diestro murciano no consiguió trofeos al fallar con la espada, pero fue el gran protagonista. Ni Barrera ni Marín consiguieron buenas faenas con los deslucidos toros de Adolfo Martín
Por JUAN MIGUEL NÚÑEZ / EFE / Fotografías:©DOLORES DE LARA
Un valiente Rafaelillo, con capacidad para resolver en las situaciones más comprometidas, que fueron la tónica de la tarde, falló a espadas cuando estaba a punto de cortar la oreja de su segundo toro, ayer en Las Ventas, en la corrida que cerró la Feria de Otoño.
La tarde tuvo al torero murciano como claro protagonista claro, por la forma de plantar cara a la complicada corrida de Adolfo Martín y por el brindis que dedicó en su segundo toro a un grupo de jóvenes que reclamaban «la libertad de ir a los toros» en una pancarta, firmada por la AJTE (Asociación de la Juventud Taurina de España).
La juventud defiende la Fiesta Nacional
Rafaelillo tuvo valor y emotividad en la faena. El toro, de impresionante trapío, lucía aparatosa cornamenta. Desde el principio se fajó con el capote, toreando a la verónica muy despacio y limpio, mecido y ajustado. La plaza se venía abajo en el primer remate de la media, aunque en una larga posterior pisó el toro el percal y hubo desarme.
En el tanteo surgieron las primeras dificultades, ya que el toro se ponía por delante. Entonces se armó de coraje para ponerse en el sitio, cruzadísimo, y con un aguante fuera de lo común. Esperar y tirar fue la fórmula, tragando lo que no está escrito. Al toro, que se lo pensaba mucho, no le quedó más opción que seguir la muleta, y tras la primera arrancada, varias seguidas. La emoción fue indescriptible.
El pequeño (de estatura) Rafaelillo esta vez se hizo el más crecido y grande de los toreros, el más capaz y valiente, ya que gracias a esa actitud se pudo obrar el milagro del toreo que parecía impensable con un animal así.
El valiente Rafaelillo con “Aviadorito”
Fueron dos series por la derecha, de cinco y de cuatro, con los correspondientes abrochados de pecho. Hubo también un par de tandas al natural, y aunque en algunos devaneos e indefiniciones del toro pudo bajar el ritmo de la faena, la intensidad de la misma fue total.
Maldita espada, por irse al sótano cuando esperaba la gloria de un triunfo grande por tanto valor y capacidad. Rafaelillo saludó una ovación clamorosa, y tan enfadado se sentía consigo mismo que renunció a dar la vuelta al ruedo.
Rafaelillo saluda al público que le aclama
Muy dispuesto estuvo también en el complicado primero, el toro que metió ´en el hule´ al banderillero Mora y que no dejó de hacer extraños, sin obedecer los engaños.
Saliendo al quite Mora fue volteado brutalmente por Aviadorito recibiendo una cornada en el muslo derecho
Rafaelillo antes de salir al ruedo con Víctor de la Serna y su cuadrilla, a su izquierda José Mora
Barrera, destacado también en la tarde por su temple y buen gusto, pegó muletazos de mucha categoría que fueron valorados lo suficiente. Le faltó chispa al toro, y esa factura se la pasó el tendido al torero con el eco de la frialdad aunque estuvo muy por encima del toro. El quinto, en cambio, fue imposible.
A Marín le pasó otro tanto con el lote en conjunto más deslucido. Tuvo un primer toro pegajoso y sin empuje, y el último no terminaba de pasar, ambos muy incómodos.
Ni Barrera ni Marín consiguieron buenas faenas con los deslucidos toros de Adolfo Martín
Antonio Barrera Serafín Marín
OTROS MOMENTOS
Barrera y Marín con sus respectivas cuadrillas
Los alguaciles de la plaza
Lozano, Múgica, Martínez de Irujo, Lamarca y Gª Montes, amantes de la fiesta
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