Por Ignacio Rubio / Fotografías: ©Dolores de Lara
BOLAÑOS DE CALATRAVA (Ciudad Real). Menos de media entrada. Dos erales de Martín Carrasco (1º y 4º) y dos más de Juan Vidal Martín (2º y 3º), premiados con la vuelta al ruedo 2º y 4º. Carlos Aranda, como único actuante, oreja, dos orejas, vuelta y dos orejas.
La novillada sin picadores resultó todo un éxito tanto en lo artístico como en lo ganadero. Vimos a un Carlos Aranda en franca progresión ante unos novillos de distinta condición: el primero, más tardo y bravucón al topar los engaños; un segundo de Juan Vidal, toda una maquina de embestir arrastrando el hocico por el albero y yendo muy largo, fue premiado con la vuelta al ruedo; el tercero, otra delicia embistiendo, sufrió en la manos y pareció flojear por este motivo; y el cuarto, un colorado que embistió sin parar –aunque le faltó algo de clase—, se le premio también con la vuelta al ruedo por su codicia.
Carlos Aranda dio todo un recital de variedad. A su primero, lo lanceó bien a la verónica, para desarrollar una faena basada en el dominio, principalmente, con la mano derecha; al natural, el bicho tenía menos recorrido y al topar con los engaños protestaba defendiéndose; aún así, Carlos lo fijo y mando terminando con tres pases por bajo en tablas de mucho sabor. En un cambio de mano previo, sufrió un desarme desluciendo la belleza del muletazo. Pinchazo, media y descabello para oreja.
El segundo, un castaño chorreado en verdugo fue recibido con dos largas en el tercio y un ramillete de verónicas, para después Marco Galán desmonterarse tras dos soberbios pares de banderillas en una perfecta lidia del de La Solanilla. Un bombón autentico que el daimieleño entendió a la perfección en una faena pulcra sin grandes excentricidades pero llena de verdad y torería; dos series al natural de mano muy baja y largos en el trazo, con la derecha no alcanzaron la misma dimensión y más en los redondos donde estuvo más embarullado. Cerró por manoletinas muy ajustadas y una buena estocada para dos orejas y vuelta al ruedo muy justa para el núm. 15, de D. Juan Vidal Martín, bolañego de pro.
El tercero abanto de salida se lesionó en su primer lance, acusando su dolencia toda la lidia. A pesar de ello, su casta le hizo embestir en repetidas ocasiones. Y Carlos le dio el tiempo y la distancia. Así como un quite del sobresaliente. Mató mal y fue premiado con la vuelta al ruedo.
El cuarto, un castaño de Martín Carrasco lo recibió a porta gayola y cuatro verónicas muy vistosas. A este novillo lo banderilleó con poca fortuna en el primer par, clavando en los cuartos traseros de feo efecto. El resto de los pares, bien y con soltura. Bien por el gesto pero no es su materia. La faena tomó altos vuelos de comienzo con cuatro de rodillas en el centro del platillo que calentaron los tendidos. Los naturales a pies juntos, así como en lo molinetes bien abrochados al son que pedía el buen novillo fueron el colofón, con una buena estocada que necesitó de golpe de verduguillo cuando sonaba el aviso; dos orejas y vuelta al ruedo para el novillo y salida a hombros aclamado por el público.
Carlos dio todo un recital de brindis incluido al Alcalde de Bolaños, Miguel Ángel Valverde.
Marcos, con una ayudita podía ser torero
El Restaurante “Victoria” de Bolaños (C-Real), parada de toreros y periodistas
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