LO INSÓLITO COTIDIANO
Por Antonio de Olano /Fotografías:©Dolores de Lara
La vuelta del PP. ”Ya hemos vuelto” podía rezar una pancarta sostenida por alguno de los muchachos. Suma y sigue de la incombustible España, reunidos en la calle de Génova, administradores de la esperanza.
Ya estuvieron varias veces aquí y sus mayores gobernaron el país con firmeza, como firme es José María Aznar al que le boicotearon y trataron de destruir lo mucho conseguido.
En versos ajenos que hace propios Rafael Alberti, mi amigo que al fin pudo conocer Granada, en un libro dedicado a la pintura, se dice una contundente frase: “Me enveneno de azules”. La noche del día 2º no se pone el sol. El bonito cielo azul de los amaneceres madrileños, traspasado por Velázquez a Antonio López, continuó siendo azul suave, el azul de los días de paz, días de amor con el que despiertan, cada primavera, los españoles que, cada día más, quieren a España porque les gusta.
Y al balcón de la sede del Partido Popular, como en la ventana y la paloma de Iradier, llegó no una, sino millares de gaviotas escoltando a la Bandera Española . Hermoso acompañamiento para la Bandera de España… ¿Conocen a los que la ofenden?.
Ganaron, había que cambiar, ver nuevos rostros, esa juventud formada y esos niños que alzaban banderas y el corazón a los cielos españoles. Unas nuevas generaciones que ya saben que, cada año y para siempre, recibirán la sonrisa de la primavera. Una legión de jóvenes que verdaderamente estaban indignados, permítanme que escriba cabreado, porque entre los mediocres(quise escribir mierdioques) .
Hasta el balcón de la calle de Génova llegaron las gaviotas de vuelo mayestático que ya son habitantes no solo de nuestros mares sino que podemos encontrarlas sobre pantanos, estanques mesetarios. ¡Las gaviotas! elegidas por el P.P y que ya vuelan del Mediterráneo al Cantábrico y viajan por el océano Atlántico por donde navegaban las Carabelas. También entonces, como ocurrió la noche del 20-N- en España no se ponía el sol.
Quiero añadir orgullosamente: “la crisis somos nosotros que, desde la Moncloa, la hemos sembrado” pero como toda siembra aguachada, está podrida y, hay que volverla a sembrar.
Salió al balcón Mariano Rajoy. Mi paisano pontevedrés acabó con todas esas leyendas que decían que carecía de carisma, en el momento que besó en los labios a su mujer. Podría titularse ese momento como el beso de madrugada.
Al contemplar las caras de los y las que se asomaron a la balconada, bien pudieron repetir los comentaristas un feliz pronóstico de “La Gaceta” que, la mañana de ese feliz día, tituló: “Se acabó la pesadilla” para volver a empezar a soñar.
A esta anunciación respondieron, con amor y sin rencor, los ocupantes de la calle Génova y de la plaza de Colón. Millares, acompañaban a sus cánticos con las palmas bien abiertas. Manos que tienden y aprietan otras manos. Cierto es, que con el puño cerrado solo se golpea cuando estás muy enfadado.
Leo “El verso suelto” en “La gaceta” que, gracias a Carlos Dávila, rescata la ironía rimada que imperó en todos los diarios españoles. Rezan así “Vete y vota” de Monsieur de Sanz Foy:
“Olvídate del llanto, compatriota,
Olvida la rabieta y el sollozo.
Si quieres que salgamos de este pozo,
Es hora de moverse, vete y vota.
Si quieres acabar con el destrozo
De tanta cleptocracia manirrota.
Tu vota que verás como se nota
Será nuestra alegría y nuestro gozo.
Tras ocho largos años de torpeza.
En esta piel de toro que el sol baña
La izquierda ya no tiene quien le escriba:
Con alguien más honrado a la cabeza,
Tendremos una Patria, que es España.
Maltrecha, averiada…pero viva
autor Carlos Dávila
Y volvamos al balcón de la esperanza. Entre el beso y el salto. Nada de verso, ni beso, ni lágrimas furtivas. Mariano, hecho y galán del pelo a los zapatos, del traje a su corbata, y Elvira, la discreta enamorada.
Y las mujeres fuertes de la Biblia. Políticas de cuño y manos limpias. Enamora Soraya Sáenz de Santamaría. Madre amantísima, mujer bellísima, política lejana a las viragos oponentes. Coraje como Mª Dolores de Cospedal. Todos le llaman la Cospedal a esta mujer privilegiada. Ahora si, con ella, ancha es Castilla. Esperanza Aguirre, siempre Esperanza. Díaz Cañete, a quien el valor no se le supone. González Pons, una cierta sonrisa. García Escudero, cabo gastador que porta la bandera.
Y Ruiz Gallardón, el mejor mozo de España. Ven en él, al sucesor; pero no es tiempo de sucesiones sino de integraciones. Mariano Rajoy se sucederá a si mismo, que hay tiempo y espacio para todos. Cerca, muy cerca, otra dama luminosa que pasará a la Historia como la primera Alcaldesa de Madrid. Asumirá el bastón de mando que empuñaron grandes regidores. Suerte, mucha suerte, para Ana Botella. Será menos nuestra pena si por la creíble ascensión de don Alberto, la tendremos a ella en el Ayuntamiento, que los madrileños siempre chuscos, cuando lo construyó el gallego Palacios, le llamaron “Nuestra Señora de Comunicaciones”.
(Ojo al dato, querida lectora, lector amigo: Los dos máximos organismos de la Comunidad de Madrid se reparten las casas de los caseros: la Autonomía, la Casa de Correos, Correos y Telégrafos)
Ha llegado la hora de las señoras. Y los señores, naturalmente.
`¡Que boten, que boten! (después de haber votado). El más ágil, el salto del atleta, ciclista, Mariano Rajoy.
Faltaron otras exigencias. La primera, que se besen, que se besen, la satisficieron los Rajoy.
Y, estando presente al taurino García Escudero y siguiendo los mandatos de la Fiesta Española, alguien debió tomar la iniciativa de hacer decir a la coral que cantó y grito tantos glorias a España:
¡toreros, toreros, toreros!
Y este cuento de hadas y esperanzas tuvo como escenario Madrid, engrandecido y catapultado por Ruiz Gallardón. Hombre culto, con versos y versados, que debería replicar a su admirado don Francisco de Quevedo y Villegas. Si, porque su, nuestro manzanares, ya no es aprendiz de río.
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