DOÑA LETIZIA, MUY GUAPA EN LAS CORTES

 Doña Letizia, pero que muy guapa. iSí señor!

Por Carlos García - de la revista “Lo Mejor de las Autonomías”
Reportaje gráfico: ©Dolores de Lara

Hablé con la princesa Letizia unos minutos en la apertura solemne de la X Legislatura, en el Congreso de los Diputados, el martes 27 de diciembre. Le dije que estaba muy guapa. Y a ella se le iluminó la cara y lo agradeció.

La verdad es que me había enseñado momentos antes nuestra fotógrafa, Dolores de Lara, la instantánea que le tomó, a la llegada al Congreso, en la Carrera de San Jerónimo, y doña Letizia presentaba un bellísimo rostro, como puede verse en la foto de primer plano que le hizo, y que adjuntamos en la cabecera de este escrito. Reflejando su bonito rostro en el coche oficial.

Nuestra fotógrafa, es capaz de realizar un buen retrato a diez metros, porque es una artista y pone especial empeño y cariño en su trabajo. Lástima que tuviera que sobresalir tan solo entre el centenar de fotógrafos que se hacinaban en la tribuna de la Carrera de San Jerónimo y no poder realizar su limpio y profesional trabajo en el Hemiciclo, como otros privilegiados de la Prensa.

Nuestro Rey, pasando revista a la tropa

Todavía no sabemos quiénes son los medios privilegiados y por qué razón se les invita siempre a los mismos a esos lugares preferentes. Privilegios, que no nos toca ejercer esa misma función al resto de los medios, aunque sea en  “pool”; es decir, para hacer nuestras propias  fotografías, y  que luego no tengan que ser repartidas las mismas para todos los medios.

En fin, corren tiempos difíciles para la lírica, como dijo un histórico compañero, que salió echando chispas por la falta de libertad de expresión y movimiento de los representantes de la Prensa.

Es cierto que cuando se asiste a determinados actos hay que saber comportarse, pero ¿quién es perfecto?

En el Congreso, tras la Apertura Solemne de la X Legislatura, algunos periodistas pudieron hablar y estar cercanos a los soberanos, hablaron con los Reyes, con los Príncipes y con los ministros, secretarios de Estado, diputados y senadores. Con los Reyes, se cruzaron palabras intrascendentes, llenas de cariño y respeto. Porque, todos los allí presentes, sabíamos que no era lugar ni momento para preguntarles por los problemas de la Nación o por los casos familiares.

Con el Rey don Juan Carlos comenté un momento el “¡¡¡ohhhh!!!!” de exclamación que surgió de las gargantas de las señorías cuando observaron en la pantalla del Hemiciclo el traspiés que dio el Monarca al subir al estrado antes de pasar revista a las tropas que le rendían honores. “Es que a usted le quieren mucho, majestad, y por eso se preocupan tanto por su salud”, le dije. Y él asintió con la cabeza y comentó que no había pasado nada, un pequeño traspiés, cosa que le podía haber pasado a cualquier humano. 

Al Rey claro que se le quiere porque, en las Cortes Generales, los diputados y senadores, salvo algunas excepciones de parlamentarios más republicanillos, la inmensa mayoría recibió y despidió al Rey con extendidos aplausos. Es como si le recordasen que una cosa es la institución de la Corona, que sirve de fuerza centrípeta a España, y otra es el asunto Urdangarín, que cercena la confianza y daña la imagen de la Casa Real.

Al Rey se le ve preocupado. Tenía grandes ojeras. Y pese a sus dolencias y a su edad, que ya no es un niño, hace lo que sea por salir adelante y ponerse a la altura de las circunstancias. La Reina, guapísima, gran señora, igual que el Rey, departió con todos, como reina y señora que es. Y el Príncipe igualmente, estuvo con el pueblo, como debe ser. Al príncipe le dije que llevaba una bonita corbata. “Me la han regalado en casa por Navidades”, dijo sonriente. Todos queríamos hacernos una foto con él. Eso sí, con el móvil. Una clase de móvil que contiene fotos, no sabemos si autorizadas o no, pero realizadas por las propias señorías y los invitados que acudieron a las tribunas del Congreso este día.

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Reportaje gráfico: ©DOLORES DE LARA

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