Mari Ángeles, una belleza serena
Texto y fotografías: ©Dolores de Lara
El pasado martes, en las tertulias taurinas de La Mesa Redonda se realizó el primer homenaje a una gran señora del mundo del toro como es María Ángeles Sanz, esposa y madre de toreros.
El acto comenzó con las palabras de Nuño de la Rosa. Tras tener unas emotivas palabras en recuerdo de Zabala de la Serna, en presencia de la esposa del fallecido cronista, se encargó de dar la alternativa a Alfonso Arteseros, conductor y director de ese gran programa de Intereconomía que se llama España en la memoria.
Nuño, esta vez no ríe
Arteseros, humildemente, comentó que en su programa algunas veces ha tratado el tema de los toros porque es también la Historia de España, igual que la música, los deportes… “Como sabéis lo mío es recordar”, aseveró. Prosiguió: “A pesar de que haya muchos que quieran decir que todo era en blanco y negro, en que no éramos tan felices, os puedo garantizar que no era así. Yo era muy feliz y soy muy feliz (recordando) aquellas pandillas de mi juventud”.
Nuño entregando los trastos de matar a Arteseros
Arteseros, parecía que volvía a ver de nuevo a los muñecos
Arterseros, nos contó que la casa de Mari Ángeles era uno de esos primeros hogares en Madrid donde apareció algo que impresionaba, muñecos que se movían en blanco y negro: la televisión; y prosiguió contando el resto de la historia sobre cómo conoció a Mari Ángeles Sanz:
“Recuerdo haber estado en su casa viendo la televisión, porque una de las primeras televisiones que había en Madrid estaba en su casa. Y estaba con su hermano Esteban, viendo la televisión en otra habitación […] La televisión estaba nada más entrar, en el rincón, en la habitación de la izquierda; y allí al otro lado de la puerta, en la izquierda había como “un sofá”. De repente, estando sentado en el sofá, en la puerta derecha oigo un grito y aparece un bombón de mujer. Porque esta mujer era de las que paraban la circulación. Y se sienta en el sofá, a mi lado, imaginaros como estaba… Estaba en ese momento muy contento: Me estaba dando cuenta que lo mío eran las mujeres guapas (risas). Y nunca olvidaré, escuchando la canción Reloj no marques las horas, aquel año de 1958. Además, aquel año nos dejo Pio XII y Juan Ramón Jiménez; y en el tema taurino, tomaba la alternativa Antonio Borrero Chamaco, dando dos vueltas al ruedo”.
ENTRE LOS ASISTENTES…
Los infantes se divierten
Don Leandro, nos cuenta uno de sus chistes verdes suaves. Nuño se parte de risa
Mari Ángeles, con dos de sus hijos
La mesa se convirtió en albero
Foto de familia
Como colofón, en B y N, los poemas de Miguel Flores
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