(Chiquilín), (Mozo I), (Rubio de Quismondo) y (Mejorcito)
César Nuño de la Rosa, Doctor en Derecho y Periodista / Fotografías: ©Dolores de Lara
Puedo adelantar que no es nada fácil reunir a estos cuatro personajes con una gran historia en sus vidas. El lector está deseando saber quiénes son. Epifanio Rubio (Mozo I), Domingo Rodríguez (Rubio de Quismondo), Agustín Pérez (Mejorcito), Ladislao Rubio (Chiquilín), escrito sin orden, salvo el reconocimiento que hacen ellos mismos por Epifanio, al cual todos queremos particularmente.
Cuatro picadores que vivieron una de la edades de Oro del toreo. El que menos participó, fue en más de dos mil quinientas corridas de toros, en aquellos tiempos que se celebraban menos festejos. Estuvieron, entre otros, sólo mencionaremos a seis, en las cuadrillas de matadores de la grandeza de la historia taurina como Luis Miguel Dominguín, Curro Romero, Antonio Bienvenida Santiago Martín “El Viti”, Ángel Teruel. Fueron también con otros grandes maestros pero con estos seis nos demuestra la categoría de nuestros protagonistas de hoy. Cuatro históricos picadores, y los cuatro toledanos. Y es que Toledo y su provincia, tenemos que reconocer, que es de lo mejor que tiene nuestra querida España.
Una fotografía que hará historia
A la mesa nos sentamos, como siempre, hasta doce. Los otros ochos relevantes personajes en lo suyo, y siempre magníficos profesionales y grandes aficionados a la tauromaquia. Estos otros ocho, entre los que me cuento, estuvimos más de tres horas y media viviendo el deleite de escuchar a estos cuatro maestros de la Fiesta Nacional. Les llamo maestros, sí, no sólo porque así les reconoce el que esto firma, sí no, porque así se lo he oído decir a matadores de toros, que han alcanzado el buen prestigio y la gloria como profesionales, a empresarios de los de antes y de los de ahora, a apoderados de grandes figuras, y de ahí en adelante a todo el escalafón taurino. Más de dos mil quinientas corridas cada uno de los cuatro, se pueden imaginar todo lo que puede dar para contar. Desde aquellos tiempos de carreteras estrechas, toda la cuadrilla en un coche, en un viaje que duraba toda la noche, entonces llevaban el botijo del Tío Mingo (también toledano, de Ocaña) arriba del coche para que el agua estuviera fresquita. Los cuatros con una memoria prodigiosa.
Recuerdan detalles de aquella tarde lejana de los años cuarenta, de los años cincuenta y así de cada tarde que se montaron al caballo con su pica en la mano. Cuatro toledanos a cumplir como caballeros y buenos profesionales en su jaca. Os imagináis a D. Quijote, en el Toboso, también toledano, acompañado a diestra y siniestra por estos otros cuatro orgullosos caballeros toledanos. Menudo quinteto. El caballero andante y sus cuatro fieles toledanos. Si hubiera toreado D. Quijote que buena cuadrilla abría formado con estos cuatro caballeros..., y nuestro noble buen Sancho de mozo de espadas. Pero eso sólo se me ocurre a mí en estos momentos de sueños de otros tiempos de gloria, hoy olvidados por la crisis de políticos Iían en busca y conquista de la más noble historia de España.
Elena llegó a los postres, pero se le sirvió el rabo de toro que le estuvo de rechupete
Me voy a torear un toro, ¡y olé! No te chulees…
En lugar de torear…
… mejor vamos a cantar
Para completar esta crónica, tengo que referirme a los que nos acompañaron en esta especial velada, como son Elena Moreno ( experta en dirección de empresas, y en algún momento ha sido apoderada de un torero de alternativa; el arquitecto y escultor taurino, con exposiciones en medio mundo, Juan González (Janel); Francisco Soriano,( experto en vivir cada día y en estar allí dónde se anuncie una feria taurina o simplemente un buen cartel de toros); Arsenio Enrique ( apoderado de un torero colombiano, feliz por qué hace unos días cortó una oreja en una población conquense); Rodrigo Díaz ( no es de Vivar – por que ese era el Cid, otro gran español - este nuestro, es empresario y también toledano, como la familia taurina Lozano es de La Sagra); Carlos Palmeiro ( Vicepresidente de la madrileña peña “Los Areneros”); dejo para el final a nuestra querida Dolores de Lara, que ha inmortalizado con su cámara fotográfica esta histórica reunión-almuerzo-tertulia taurina, que por tener que irnos a la corrida de la Feria de San Isidro, duró tres horas y media, sino podíamos haber continuado escuchando a la historia del toreo hasta pasada la cena... Cuando íbamos a levantarnos, Ladislao Rubio (Chiquilín), nos obsequio con unos cantes con su prodigiosa voz. 
En el menú, pactado de antemano con el director, Ramón, del magnífico Restaurante de los Porches de Rosales, no podía ser de otra forma, el plato principal era el exquisito rabo de toro, quizá el mejor cocinado de Madrid, y para postre nos ofrecieron unas cajas de los exquisitos melindres de Yepes, noble pueblo, también toledano, en el que se trataron las boda de Isabel y Fernando, por el secretario del Cardenal Cisneros, que era de esa noble población amurallada.
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Otro Sí Digo: Ha sido para mí un placer escribir esta corta crónica, pero reconozco que no es fácil ser el convocante de la reunión y escribirla. La petición de Dolores de Lara, para su “LAMONTERA.net” la he cumplido.
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