viernes, 25 de mayo de 2012

TOROS Y GENTE

©Dolores de Lara 

 LO INSÓLITO COTIDIANO

  ANTONIO D. OLANO / Fotografías:©DOLORES DE LARA

Antonio D. Olano

 La historia de esta feria de Madrid solo tiene dos nombres. El primero es la de siria o tacañería en escoger reses. La segunda consiste en que, tan a sangre como a fuego contrataron aun gentlemand que ha sido el único que ha mantenido la pasión entre los aficionados.

Y hay una tercera circunstancia consistente en que los apoderados de ese Napoleón francés le destinaron la mejor corrida que hemos visto hasta ahora, toros de alcurrucen, que los pinchaúvas de turno se encargaron de ensombrecer. Ninguno de los participantes en el banquete civil supieron aprovechar estas reses y el saldo de los cubillos fue enaltecido por la pasión de Castella qué como titula Amorós no solo rompió el hielo madrileño sino el de glaciares que se presentaba con nombres falsamente gloriosos, con los mendigos del plato de las limosnas a las que se refiere Pablo Picasso y que se llenan de ogros de monederos falsos.

En lo que a torería se refiere debemos agradecer la presencia de cinco o seis diestros de las tierras calientes que pueden llegar a refrescar la fiesta más pobre del mundo.

©Dolores de Lara

Castella con sus carnes remendadas, volvió a reventar todas las marcas de estas desiertas decenas de toreo. A Castella solo le entendieron el propio torero y, naturalmente el público.

Faltan Ponce, el July y nos tratan de embaucar con estibadores del sur o del norte de España del sur de Francia o del norte de tierras portuguesas.

Castella no solo pudo dar dos tres cien vueltas en el ruedo desde la aparición de Joselito reinventando al toreo y de la aparición de Juan Belmonte. Es muy corto el escalafón de los verdaderos toreros. El público madrileño sabe que el francés ya ocupa nomina entre los que alcanzaron o tocaron la gloria. A punto sin preferencias, a guerrita, a Manolete, a Curro, Puya al incuestionable e indescifrable Ordoñez al inigualable Luis Miguel Dominguín, a un torero que da lances por las eternidades, me refiero a el Yiyo también a la inmensidad de “el cordobés”.

Con respecto a otros toros y toreros no tuvieron más que el trato que se merecen.

Podrían acabarse para siempre las corridas en el Universo Mundo y me arriesgo a ratificarme en lo hasta ahora visto. Tiene razón el maestro Amorós, la pasión de Castella no solo rompe hielos, sino que da calor a la frialdad de los monederos falsos que siguen enviando una billetería de camelos, ignoro lo que va a pasar en lo que resta de feria. No digo en lo que suma porque no se si volverá pronto o tarde Sebastian Castella. Un torero que es tan de este mundo que no lo merece el planeta taurino. El y los Alcurrucen salvaron e hicieron posible que una feria llena de vulgaridades no pase solamente a la anécdota.

Hoy en día solo hay dos clases de toreros sobre los ruedos cada día menos infinitos: Los malos y los buenos como Castella.

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