Llenazo en la plaza de toros pacense para ver el enfrentamiento de las dos figuras
Plaza de toros de Badajoz. Lleno en tarde de mucho bochorno
Presidió Antonio Paiva Solano
Por Lorenzo Cordero
FICHA DEL FESTEJO
Toros: Cuatro de Garcigrande y dos (2º,3ª) de Domingo Hernández. Bien presentados, nobles. Complicado el sexto. Aplaudidos al arrastre
Toreros. Juan José Padilla. Silencio. Oreja. José Tomás. Oreja. Dos orejas. El Juli. Dos orejas. Dos orejas
Y ayer, de nuevo, el deseado, apetecido, ansiado, codiciado, pretendido y envidiado José Tomás habitó entre los aficionados. El reventador de taquillas y santo benefactor de los reventas hizo su primer paseíllo de la temporada. Acudió el personal al coso de Pardaleras como antaño acudían al Palmar de Troya en busca de remedio para sus males.
Convertido en torero mítico que no rehuye compañeros de cartel e impone como ninguno sus exigencias desde el aspecto económico hasta las condiciones de las enfermerías. Es un revulsivo en los tiempos en que la fiesta atraviesa un peligroso momento pero entres tardes solamente se será el salvador de tres taquillas. La fiesta necesita algo más, más tardes como la de ayer, pero afortunadamente quedan toreros dispuestos a tirar del carro a pesar de que le pongan palos en la rueda, como es el caso de El Juli.
Con la plaza a reventar hicieron el paseíllo dos casi resucitados y un reaparecido: Padilla, José Tomás y El Juli para lidiar una corrida muy bien presentada y noble en la que sobresalieron tercero, cuarto y quinto. Bonito pero atacado de carnes fue el primero de Padilla que hizo encelada pelea en el caballo. Lo sacó por bajo a los medios con la muleta. Tenía fijeza el toro pero fue tardón en su embestida. Cabeceó y punteó la muleta sin ganas de embestir y que duró un suspiro.
Muchos pies tuvo su segundo, al que recibió con una larga en el tercio seguida de tres verónicas algo aceleradas. Escarbó el toro antes de banderillas. Tuvo fijeza. Padilla comenzó rodilla en tierra, luego no lo obligó. Seguía la muleta a media altura con celo y nobleza. El jerezano toreó aprovechando el viaje, consiguiendo al final dos tandas lentas de buen viaje y remate, tirando mucho del toro. Finalizó desplantándose de rodillas. El toro tuvo una larga agonía negándose a doblar. Cuando salió al ruedo el segundo, con el hierro de Domingo Hernández, algunos ya tenían el pañuelo en la mano. No se fijó en el capote. Llegó suelto al caballo, donde empujó sin ganas. La lidia fue una capea y peor el tercio de banderillas.
José Tomás comenzó con cuatro estatuarios en el platillo. No podía bajar la mano de inicio, hasta que fue sometiendo en series cortas dándole sitio al toro. Era toro con fijeza pero que salía distraído de los muletazos.
Le dio distancia, citó de frente, pero era toro tardón, de corto recorrido. Los naturales surgieron de uno en uno sin ligazón posible. Estuvo el torero por encima del toro. Acabó con un arrimón en cercanías, sacando la mejor serie al final en corto. Faena voluntariosa rematada en estocada caída. Los del pañuelos ondearon como locos sin muchos motivos y consiguieron una oreja.
Enseñaba las puntas de los pitones el quinto al que José Tomás recibió por delantales a pies juntos. Cabeceó el toro en el caballo y el torero de Galapagar hizo un quite con el capote a la espalda quieto como un poste. Se dolió el toro en banderillas.
Brindó la faena al público. Escarbó el toro y perdió las manos en el primer cite. Lo tomó en corto lo llevó con suavidad y ligó perdiendo pasos.
Le dio mucho sitio citando con la zurda y le iba bien en los dos primeros, teniendo que provocarlo mucho para el tercero, lo que impedía que pudiera ligar series redondas aunque dejando toda la esencia de sus toreo en los naturales de muchísimo mando. No permitía el toro una completa composición. Estuvo muy por encima del toro, aguantándole los parones, se metió entre los pitones del toro que acabó sin entrega y sacándole pases aun moribundo. La estocada se fue baja. Enloquecieron los del pañuelo y consiguieron el excesivo premio de dos orejas.
Hasta que no comenzó el paseíllo muchos no sabían que toreaba El Juli. Todo el mundo llevaba un mes diciendo: «Tengo entradas palade José Tomás»
Gente poco ducha en la materia, que no sabe con quien se las gastan. Lo comprendieron nada más salir al ruedo el tercero de la tarde, castaño, ojo de perdiz, del hierro de Domingo Hernández, al que le largó cinco verónicas bajando las manos y ganando terreno hasta los medios. A eso añadió cuatro chicuelinas en el quite.
Para que el personal se acabara de enterar les brindo el toro y comenzó con tres molinetes y un pase cambiado por la espalda. Tenía clase y fijeza el toro de nombre «Tripulante» que se encontró con un patrón que lo fue llevando sobre ambas manos, en muletazos de muy largo recorrido. Siempre bien colocado, en los terrenos adecuados y la distancia precisa.
Bajaba Julián la muleta y la seguía el toro con fijeza y ganas de cogerla, pero el madrileño no le permitía mas que olerla. Toda la faena fue en medios con bellos remates al finalizar las series. Algo trasera viajó la espada y los que se habían enterado y quedado con la boca abierta, consiguieron dos orejas.
Como su compañero José Tomás llevaba tres orejas en el esportón, en cuanto salió el sexto El Juli dijo al personal : «No es tan fiero el león como lo pintan» y se dispuso a torear a un lustroso toro que no se sinceró en el capote, que esperó en banderillas y arroyaba más que embestía.
El Juli no le dudó un momento y poco a poco le indicó quien mandaba allí aguantándole cabezazos y derrotes y obligándolo a ir tras la muleta a regañadientes pero repitiendo. No permitía dudas el toro, pero no se las concedió a el torero que lo atacó hasta llevarlo en algunos momentos tras la muleta arrastrada por el ruedo. El poderoso madrileño acabó embriagado de toro que al sentirse vencido quiso huir. Ovación grande para Juli antes de coger el estoque y entrar a matar en la suerte contraria para agarrar un estoconazo, preludio de el premio de dos orejas que recogió el torero con cara de decir: «aquí mando yo».
Una tarde de expectación que no decepcionó a nadie
Cada torero en su estilo conquistó al público que llenó los tendidos de la plaza de toros de Badajoz
«Vamos a ver la verdad», gritó un aficionado desde el tendido a José Tomás cuando iba a comenzar la faena de muleta al quinto de la tarde, segundo de su lote. La mayoría de los 13.000 espectadores que se congregaron ayer en el coso de Pardaleras venían con la clara intención de disfrutar del torero de Galapagar en el primer compromiso de esta temporada y uno de los tres en los que hará el paseíllo esta campaña.
Sin embargo, no menos atractiva era la presencia de Juan José Padilla, un matador que, a pesar de los años de alternativa y de los cientos de tardes que lleva a sus espaldas, se ha convertido en la revelación de la temporada. Lejos del 'morbo' que algunos quieren ver, gran parte de las personas que acuden a una plaza de toros no le conocían y la tragedia de su cornada hizo que todos se uniesen y que despertase el interés de gran parte del público.
Junto a ellos, Julián López 'El Juli', un diestro tratado injustamente por las grandes empresas esta temporada que se ha quedado solo en su lucha por los derechos de imagen de las retransmisiones televisivas y ausente en las principales ferias del país. En las tardes que ha toreado esta temporada ha puesto toda la carne en el asador con el firme propósito de recordar por qué es uno de los diestros punteros del escalafón y uno de los que manda actualmente en el toreo. Cuando el centro del interés mediático estaba puesto en Badajoz -había radios, televisiones, periódicos, páginas web, retransmisiones por radio, conexiones en directo y decenas de cámaras de fotografías y vídeo- era un atractivo añadido ver la ambición con la que salía a la plaza el madrileño.
Con todos estos atractivos, apenas era un detalle nimio los cuarenta grados de temperatura que marcaban los termómetros. Para combatirlos siempre estaba el sombrero, el agua fresca y el abanico. Tampoco la dificultad para encontrar aparcamiento en las inmediaciones de la plaza donde, por cierto, desde primera hora de la mañana se congregaban los reventas que se acercaban para ofrecerte entradas aún estando a la venta en la taquilla oficial, que puso a disposición de los interesados el 5% que marca la ley.
La empresa Coso de Badajoz, comandada por José Cutiño y Joaquín Domínguez, debe estar satisfecha con el resultado de la feria que ha despertado el interés de todos y puesto de manifiesto el buen hacer de sus gestores que han conseguido lo que no han logrado otros empresarios y lo que todos deseaban: traer a José Tomás. Cuando hoy finalice la feria podrán tomarse un más que merecido descanso tras un trabajo bien hecho.
Y es que José Tomás no solo atrajo ayer a los aficionados de gran parte de la región, sino que también se acercaron desde otras comunidades. Es el caso de José Luis, un aficionado de Torrelavega que ha disfrutado del abono desde una barrera del tendido cinco. A pesar de la diferencia de clima está disfrutando del serial. Hubo además caras famosas en los tendidos y en el callejón. Se acercaron los profesionales como Alejandro Talavante, Santiago Ambel Posada, Raúl Gracia 'El Tato', Victor Mendes, Ángel Teruel, Diego Silveti o Morante de la Puebla, acompañado de su inseparable 'puro habano'. También los ganaderos de Garcigrande y Zalduendo, Justo Hernández y Fernando Domecq.
Sánchez Dragó era uno de los representantes del mundo de la cultura, aunque también estaba Ramón Calderón junto a su familia que se empapó de sol en un burladero del tendido siete. Causo expectación en los tendidos el hijo de Nati Abascal, Rafael Medina.
Todos ellos pudieron disfrutar de la lidia del primero de la tarde, un toro al que Juan José Padilla recibió con verónicas y que decidió no banderillear para disgusto del respetable. Se paró pronto en la faena de muleta y poco pudo hacer, pues el animal fue soso y no tuvo transmisión. Tampoco acertó con los aceros.
Con 'Jaranero', el cuarto de la tarde, iba a por todas. Lo recibió con una larga cambiada de rodillas en los tercios y tomó los palos para dejar tres pares, el último al violín y un primero del que salió andando. Brindó al público y mostró sus intenciones con una primera tanda de rodillas. Lo llevó con suavidad por ambos pitones y terminó con un desplante de rodillas. Oreja.
Se percibía la emoción en el ambiente cuando José Tomás pisó el albero. Salía suelto del capote el primero y en el centro del ruedo cuajó unas sensacionales chicuelinas ejecutadas a cámara lenta. Fue protestado ese segundo de la tarde porque arrastraba las patas de atrás, pero no fue devuelto a los corrales. Y eso que había tres sobreros.
Pidió el cambio con dos pares de banderillas y comenzó la faena por estatuarios, en los medios, que fue donde le plantó cara a su oponente. Derechazos limpios y naturales muy templados a pesar de que no era ese su pitón. Se apagó pronto el toro, que perdió las manos. Fiel a su estilo el de Galapagar, sin echar la pierna atrás en ningún momento, terminó con una tanda de manoletinas cuando el astado no paraba ya de escarbar, y cortó una oreja.
Con delantales a pies juntos recibió al quinto, de nombre Deriva, tras un discreto tercio de banderillas brindó al público y de esa faena se recordarán sobre todo algunos espléndidos naturales que quedaron grabados en la retina de los aficionados. Todo lo tuvo que poner el torero en una faena a un toro con cierto peligro. Terminó encajado entre los pitones con el público en pie y tras una buena estocada cortó las dos orejas. Salida a hombros asegurada.
No tuvo nada que envidiar a José Tomás Julián López 'El Juli'. Al primero de su lote lo recibió con verónicas y lo dejó crudo en el caballo. Hizo un quite por chicuelinas. Después de un desafortunado tercio de banderillas, brindó al público con la plaza a su favor y comenzó con la diestra. Por el pitón izquierdo lo llevó muy tapado y pronto volvió al derecho, donde el toro tenía más fijeza y repetía. Hubo también mucha verdad en su faena. Dejó una estocada entera muy trasera y, como el mes de julio se acerca, las rebajas llegaron al palco y le concedieron dos excesivas orejas. Se esfumó el rigor del día anterior como por arte de magia. Curiosidades de los palcos. Quien los entienda...
Rotunda fue la faena al que cerró plaza, un ejemplar de Garcigrande complicado que tuvo una salida fría y que cortó en banderillas. Tenía peligro por el pitón izquierdo e iba mejor por el derecho, aunque pidiendo siempre los papeles y sin permitir concesiones a un Juli muy poderoso que no se dejó ganar la batalla. En un momento del final de faena incluso tiró su muleta en la cara del toro. Fue premiado con dos orejas tras una buena estocada.
La tarde finalizó con la imagen de los dos madrileños saliendo a hombros en una plaza llena de público sediento de torería que no se sintió defraudado. Habrá quien considere que 'El Juli' venció a José Tomás pero en esta fiesta no hay lugar ni para vencedores ni para vencidos. Solo para hombres que salen a jugarse la vida al ruedo y que consiguen emocionar a cientos de personas. Lo demás son debates absurdos que no benefician a nadie.
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