Por: Juan Marino Monasterios Bernal.
Caracas, julio de 2012.-Son Dos hermosas luces divinas, bendecidas por Dios Padre Todopoderoso la verdadera inspiración monumental, las cuáles me anima fehacientemente por volver a torear a caballo, es un torbellino de emoción incontenible, que arrebata mi ser con alocada pasión, por vestirme nuevamente a la Federica, de grana y oro el color que me inspira alegría, ante el público con orgullo sin igual, para montar otra vez las preciosas jacas de torear, es esa suma satisfacción en que mi amada familia me vea torear a caballo.
Leonardo Andrés ya me ha visto desparramar mi arte del rejoneo, lo cual le ha dejado bellamente impregnado con la ilusión de hacerse Caballero Rejoneador, manifestando con desaforada ingenuidad desde sus maravillosos tres años de edad, al jugar determinadamente con la jaca de peluche y ejecutar el bello arte del rejoneo, con rejón de la inocencia como estandarte, durante cinco años de alimentar con exquisitez dicha afición, ya con ocho apasionantes años su determinación por ser rejoneador es inevitable, al colocar las rosetas de su afición, el miedo me consume solo de pensarlo, es hasta en este preciso momento que entiendo, el miedo que pasaba mi Padre al verme torear, me toca la hora de la verdad y, me conmueve pasar el rejón del miedo, de verle en un futuro torear a caballo, a mi amado hijo Leonardo Andrés, será un momento muy tremendo.
La princesa de la casa Fiorela, en sus incipientes cuatro años no me ha visto torear, será para mí una hermosa tarde de increíble placer, torear a caballo, ante los tiernos y, dulces ojos de mi hija con ilusión, es una arrolladora lava ardiente de amor al toreo, que desea hacer erupción del volcán taurino que es mi corazón, será la lava que estremezca a mi niña, al ver a su Padre torear por primera vez, es algo que me estremece rotundamente con espectacular ilusión, definitivamente se desbordan el dique de mis anheladas pasiones, por que suenen en los aires de Tejerías, los clarines y timbales para cabalgar hacia la grandeza de volver a torear, hilando con suave temple en las grupas de las jacas “Jinete” y “Sevillana” del ganadero Gabriel Manfredi, y de los caballos que José Luis Rodríguez me cederán para crear la belleza del arte de torear a caballo, en el bello coso de “Los Girones” consumando en el Club El Placer de volver a torear, será la fecha del sábado 22 de septiembre, la que sentencie un parte aguas de mi maravillosa vida.
Se me nubla la mente de tanta ansiedad, los recuerdos me invaden con denotada admiración, las lágrimas recorren mis mejillas en torrentes de incalculable y, caudalosa satisfacción, el sentir erizarse mi piel ante la mirada al pasado, soñando despierto cabalgando de salida en los lomos de “Pecoso” con garbo y valor, o de “Platino” torero caro a pesar de su malograda rodilla, ambos andaluces puros, alzo mi mirada al cielo y allí les veo cabalgar con su denotado donaire de inolvidables toreros, no que va sollozo me consumo de alegría, al pensar en mi cuadra de caballos en mis triunfales temporadas mexicanas, toreando con belleza montando a “Golfo” con inspiración de dioses en “Azteca” ambos de raza española, cuarto de milla que en México se les conoce como la valiente raza de Aztecas, con el denotado temple de “Duende” “Silverio” “Ole” “Faraona” e “Inglesa” en vistosas brillantes banderillas, como en el majestuoso rejón de suerte suprema, trascurriendo mi segundo año mexicano al unírsenos “Corzo”.
De toda esa espectacular cuadra de caballos de torear, me acompañaron en mis emocionantes campañas venezolanas; “Golfo”, “Azteca”, “Silverio” y “Duende” cuatro grandísimos y hermosos caballos que cimentaron mi ilusión de Caballero Rejoneador, me transporto en los bellos recuerdos con esos pedazos de toreros, enhorabuena mis amadas jacas allá en las eternas caballerizas de los cielos, Dios Padre Todopoderoso Les Bendiga por Siempre.
No me repongo de tan hermosas sensaciones, me trasporto al primer día que toreé a caballo, lidiando a ejemplares de “Reyes Huerta” al lado de mi Maestro Gerardo Prueba, figurón del toreo a caballo del momento, completando el cartel la bellísima Amazona Rejoneadora Cristina Acosta igualmente figura del rejoneo en México, que día más tremendo rebosante de marcadas emociones, en mi corazón torero, tarde de ribetes inolvidables en Tuxtla, Gutiérrez estado de Chiapas, Vuelta al Ruedo y Dos Orejas que valoraban la gloria eterna, que tarde tan redonda que cimento el arte que atesoraba, con crespones de ensueños, con la añadidura de ser acompañado por dos figuras del toreo a caballo.
Fueron siete años de fructífera carrera como Caballero Rejoneador, reza en las crónicas de tan increíbles días, las cuales respaldan mis más profundos sentimientos de plena satisfacción, atesorados en la justificación de cada tarde, con la concebida guinda de la entrega total, en el manejo de las riendas, a la belleza del arte del torear a caballo, alimentando con las savias de esencias exquisitas del toreo del Duque de Marialva, mi apasionado corazón taurino arrebatado de emociones invaluables, en la bella Saltillo, en Coahuila, en la República de México, el día 4 de octubre de 1998. En aquella tarde de mi soñada alternativa, de manos del que tenía que ser por mandato divino, mi insuperable Maestro Gerardo Prueba, bajo la atenta mirada del testigo que colmó mi honor Antolín López, tarde de una rebosante expectativa, venía arreando durante dos años, como absoluto líder del escalafón mexicano, todo era ilusión que ardía en el miedo al compromiso, toros de “Pilares” el toro de la alternativa llevó por nombre “Pecoso” en homenaje a mi hermoso caballo de torear, lamentablemente al burel se le partieron las manos, durante la lidia a caballo, tuve que apearme y recibir palmas de agradecimiento, en mi segundo, las cosas rodaron mejor, el toro me permitió la justificación, aunque sin llegar al deseado triunfo en tan mayúscula tarde de expectación.
Son ya siete años de inactividad, hay que pensárselo detenidamente pero en mi profunda reflexión, definitivamente tengo que arrear, no queda otra mi corazón impulsa borbotones de adrenalina taurina, que me hincha de hermosa afición, acrecentando la taquicardia de la ilusión de ser honorablemente Caballero Rejoneador, en la víspera de cumplir catorce años de alternativa como torero de a caballo, tomaré las riendas de las jacas, con la dignidad de torero de entrega sin dar ni pedir cuartel, mis espuelas avivaran las cabalgaduras de la belleza del arte del rejoneo, cada jarpa que dosifique al ejemplar del hierro a fuego del toro, de la ganadería “El Roció” de la divisa nazareno y oro, será mi alma que revolotee en sus lomos, en los albores del temple en las embestidas del ejemplar, que con sus pitones persiga la grupa de la espectacularidad del toreo a caballo, mi tricornio tocará sutilmente el testuz del rociero, en el clímax que desate tanta emoción contenida, en caudaloso sudor de torero empapado de pasión, será la tarde de la deseada reaparición, para desbordar toda la ilusión que atesora mi taurino corazón.
“Va Por Ustedes Seres de Luz, Que Motivan Mi Inspiración para
Volver a Torear A Caballo, Extasiado en El Placer”
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