TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: ©DOLORES DE LARA
Chinchón 20-10-12.- Daniel Luque, un joven torerazo en el amplio sentido de la palabra, que nos demostró ser hábil en todas las fases de la lidia, picó el astado de Fandiño con un acertado puyazo y banderilleó con gran decisión el único toro que le tocaba lidiar. El público, pletórico, se lo agradeció, pues magnificó y engrandeció La Fiesta Nacional. Y vino su suerte, la propia del torero, por ser magistral su actuación.
Anduvo toda la tarde valiente, no había nada más que mirarle a la cara para apreciar su expresión de satisfacción, de querer hacerlo todo bien. ¡Y vaya si lo hizo bien! De fábula.
¡Que miedo!
El de Gerena pronto se acopló con el utrero de Daniel Ruiz (un novillo extraordinario, con clase, que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre) realizando una faena creativa, reposada, profunda y con mucho temple. Por consiguiente, primorosa. Lo mejor de su faena lo realizó prácticamente en un palmo de terreno, arriesgando y con pases muy ajustados y de mucho valor. De un certero sablazo, el animal pronto cayó, y el diestro paseó el rabo del animal en loor de multitudes.
Manuel Jesús “El Cid”, un torero profesional donde los haya, nunca decepciona. Elegante y serio. El cortó los dos primeros apéndices al novillo que abrió plaza, otro de Daniel Ruiz, un utrero de buena condición que permitió al torero de Salteras lucirse al natural en varias series, profundas y de manos bajas, con valor de muchos quilates. Otro torerazo. Pese a que su mal sino es el matar (cuántas tardes de gloria ha desperdiciado por culpa del acero), en esta ocasión, la tizona no le falló, llevándose los dos apéndices del animal.
Andrés Revuelta, con mucha entereza, después de haber resultado cogido por un novillo complicado, pudo lucirse con la mano diestra, cortándole una oreja al morlaco.
El torero de Salamanca, Eduardo Gallo, al dinámico tercero de la tarde consiguió realizarle, con el capote, un quite por chicuelinas de bella factura, rematado con una vistosa revolera. Empezó toreando con temple y ligazón, mas al intentar ajustarlo de cerca, el toro se fue ahogando, sonó un aviso y, al matar, fallando, tan solo se llevó una gran ovación.
Iván Fandiño lidió un buen novillo, bonito y grande de hechura, que el de Orduña lo fijó con el capote en tres largas cambiadas junto a tablas. Se lo picó Luque. Fandiño paseó la franela sobre los lomos del astado con firmeza y decisión. Tras pinchazo y estocada, dos orejas de premio y un par de ristras de ajos, algo tradicional, que agradeció saludando desde el centro de la plaza de esta bella localidad.
El sexto novillo y último de Daniel Ruiz le correspondió al novillero Diego de Llanos, que estuvo entregado, sacando algún muletazo de estimada calidad, principalmente por el pitón derecho. Cortó una oreja.
El final de esta entretenida y vistosa tarde de toros lo puso el séptimo y único novillo, propiedad de Zacarías Moreno, noble y manejable, que cayó en manos del novillero sevillano con apellido de escritor, Lama de Góngora, que, al fallar con el acero tras una académica faena, se llevó una ovación.
Sólo nos queda dar la enhorabuena a la alcaldesa de esta bella localidad madrileña de Chinchón, la popular Luisa Fernández, y también presidenta ocasional de este Festival Taurino, por la perfecta organización y amable trato de los agentes a su cargo y, en definitiva, por todo lo visto y acaecido. ¡ENHORABUENA, ALCALDESA!
¡EN CHINCHÓN SE VIVE LA FIESTA!
Reportaje gráfico: ©Dolores de Lara
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