martes, 27 de noviembre de 2012

EL SUEÑO DE SIMÓN BOLÍVAR

©Dolores de Lara Por Casildo Ferreras Chasco

 Facultad de Geografía e Historia,

Universidad Complutense de Madrid

Fotografía: ©Dolores de Lara

Es habitual al evocar una figura tan controvertida y polémica como Simón Bolívar destacar entre sus aspectos positivos sus virtudes como militar, estratega, político y orador y lamentar al mismo tiempo su fracaso en conseguir la unificación de los territorios por cuya liberación del dominio del rey Fernando VII ha recibido el titulo de Libertador.

Por nuestra parte parece conveniente hacer algunas matizaciones sobre dos aspectos que pueden considerarse básicos.

Por un lado plantear la lucha de Bolívar por la independencia sólo como una guerra colonia-metrópoli no deja de ser una simplificación excesiva, pues tiene en buena parte el carácter de enfrentamiento civil que puede insertarse en un conflicto entre arcaísmo y modernidad a ambos lados del Atlántico, Baste como ejemplo recordar desde el lado americano las ideas liberales del libertador y del lado español sublevación de Riego al frente de las tropas que estaban preparadas para partir hacia América.

Por otro lado la unidad una América del Sur independiente y unida resultaba una utopía y como tal irrealizable en aquel contexto histórico. Aunque puedan citarse los casos de los Estados Unidos de Norteamérica y de Brasil, la realidad de la América española era muy diferente. Estados Unidos y Brasil eran territorios más continuos, homogéneos y de más fáciles comunicaciones internas por su carácter de fachadas marítimas, mientras la América Española era territorialmente muy diversa y dispersa tanto en el plano económico como social y con una organización administrativa compleja y creadora de conflictos internos de competencias que dificultaban la colaboración y coordinación.

Hoy, dos siglos después y en plena era de la llamada globalización, podemos pensar que estas limitaciones que impidieron en su tiempo la materialización de las ideas de Bolívar y preguntarnos si no es el momento de retomar el sueño del Libertador, cuyo carácter obstinado e inasequible al desaliento es de sobra conocido y convertirlo en realidad, trabajando por una mayor unión y comprensión que superando los errores y divergencias del pasado, parte de las cuales todavía continúan vivas, permita una América unida que partiendo de su profunda y innegable unidad cultural y de las facilidades que en la sociedad actual existen para las relaciones entre pueblos y personas permita hacer realidad el sueño del Libertador de una América del Sur libre, unida, solidaria y potente.

Actos, o conjuntos de actos culturales como la serie de exposiciones del que la presente forma parte, pueden contribuir a superar viejas incomprensiones entre países de ambos lados del Atlántico y en ello encuentran su justificación y grandeza

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