COLOQUIO CELEBRADO EN EL HOTEL WELLINTONG
Por Mamen Díaz Saura / Fotografías:©Dolores de Lara
Madrid.- Ayer lunes 18 de febrero, a las 20:00 horas, la Fundación Wellington, continuando con su ciclo de encuentros socio-culturales y políticos “Los Coloquios del Wellington”, organizó en los salones del Hotel que da nombre a la Fundación, el coloquio “Crisis de valores”.
El acto congregó a numerosos invitados que siguieron con gran atención las interesantes intervenciones de los ponentes: D. Albert Boadella, dramaturgo; Fernando García de Cortázar, historiador; y D. Alfonso Ussía, escritor.
Con la habitual presentación y palabras de bienvenida de la Presidenta de la Fundación Dña. Cristina Moratiel, dieron comienzo las intervenciones.
Tomó la palabra el moderador de la mesa, el periodista Luis Herrero, quien introdujo el tema de la velada, a saber, una crisis de los valores cívicos, sociales y culturales en nuestra sociedad.
Le cedió el turno a D. Fernando García de Cortázar, que explicó que lo peor de la situación actual no es la crisis material, sino “la ausencia del repertorio de valores necesarios para salir de ella”. El verdadero alcance de esta crisis consiste en haber dejado a la deriva nuestro modo de vivir, “los valores que han dado sentido a nuestra existencia colectiva”. Asistimos a una “enfermedad silenciosa” provocada por conductas económicas en un mundo en el que todo estaba permitido, sin ningún tipo de limitación colectiva a los intereses personales. García de Cortázar añadió una serie de reflexiones sobre esta crisis actual de valores:
- Existencia de una excesiva demagogia y preocupación por lo superfluo.
- Quiebra del modelo constitucional.
- Ausencia de conciencia nacional española.
- Falsedad del debate de la reforma constitucional.
- Ausencia de un liderazgo político solvente.
- Ausencia de los valores cívicos que sustentan la convivencia de los españoles como la defensa del mérito, el culto al trabajo, la austeridad y la solidaridad entre individuos.
- Ausencia de una cultura crítica formada por intelectuales y medios de comunicación.
- Destrucción del sistema educativo.
A continuación aportó sus ideas D. Albert Boadella. En su opinión, “hay síntomas que muestran una degradación de los valores en los últimos años”. Expuso una serie de puntos basados en su experiencia personal para mostrar esta “falta de solidez en determinados valores cívicos, políticos, religiosos y morales”:
- Se ha tomado el nacionalismo como una nueva religión. Y existen nuevas “religiones laicas” como el ecologismo, etc.: se ha producido una traslación de los valores religiosos.
- Pérdida del rol masculino, produciéndose una traslación muy importante hacia el rol femenino.
- Intromisión de los estados sobre la libertad de los individuos, por una intervención en determinados repliegues de la vida personal.
- Cambio en el rol del niño con la creación del “niño-rey”, tratado como un adulto, al que se le exigen demasiadas cosas, y que al mismo tiempo sufre una falta de autoridad.
- Deprimente pérdida de la dignidad de los ancianos, provocado por un exhibicionismo cada vez mayor.
- La destrucción del protocolo y la degradación del lenguaje.
- Inversión del concepto de felicidad, que antes significaba entregarse a los demás, algo que se ha perdido.
- Pérdida del rol educador del arte, que se ha visto invadido por un egocentrismo patológico que impide establecer una comunicación entre el arte y las personas.
- Falta de ejemplaridad en los medios de comunicación.
Finalizó el debate D. Alfonso Ussía, afirmando que no asistimos exactamente a una crisis de valores, sino a una “crisis profunda de principios”. Éstos vienen de la familia, “núcleo fundamental de la sociedad”, así como de la educación. Y, en su opinión, hoy en día se ha perdido el respeto a la figura fundamental del maestro. Se está perdiendo el respeto a quienes más colaboran en la tarea de inculcar valores. Ussía recordó cómo su paso por el servicio militar le sirvió para adquirir una serie de valores como el amor a España “sin pedir nada a cambio”; la cortesía; la disciplina; la buena educación; valorar a las personas por el mero hecho de serlo. Valores que, en su opinión, se han perdido, dando lugar a esa “carencia total de principios”. Según Ussía, “ya no tenemos fidelidad a nuestras raíces ni respeto a nuestro pasado”. Y, hoy en día, el “patrón oro” es el único que vale: existe un “nuevo esnobismo”, el del dinero, que hace que la gente admire a los demás por lo que tienen y no por lo que son.
Para terminar, D. Luis Herreros preguntó a los ponentes quién debe encarnar el rol para encaminarnos de nuevo hacia el humanismo. Para Ussía es el ejecutivo quien debe hacerlo, retomando las riendas, por ejemplo, de la educación que se ha transferido a las autonomías y debería de estar centralizada; según Cortázar, los intelectuales deberían asumir ese rol de vocación de liderazgo y creación de opinión, pero ahora mismo existe una dejación de estos intelectuales por falta de formación. Idea respaldada por Boadella, para quien hay una “falta de autoridad” perjudicial, ya que todos necesitamos que alguien nos dirija.
LA SALA ESTUVO HASTA LA BANDERA
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