Javier Fernández-Caballero / Fotografías:©Dolores de Lara
En su primero, el de Velilla lo enceló en un recibo capotero que dejó en pie los tendidos ribereños. Una media templada y una revolera larguísima y de extrema despaciosidad supusieron el cierre de un toreo de capa para la historia. Ya en faena y tras brindar a un público entregado, comenzaron los muletazos interminables, las tandas por la derecha de acople extremo y el toreo al natural que encandiló los corazones madrileños. Apoteósico por ambas manos y con la afición de su mano, “El Juli” mató de estocada y logró arrancar los dos trofeos del burel más completo de toda la corrida.
El padre de “el Juli”, Gabriel de la Casa, Suárez y Carlos del Águila
En el quinto lo intentó recibiendo de capa y con ilusión a un toro sin definirse. Bajo los sones de “La Concha flamenca” ligó dos tandas por la derecha aguantando con valor los parones del toro, llevando larga la embestida de un toro no sobrado de facultades y desplantándose valientemente ante un soso animal. De este modo, un apéndice fue el resultado de tan meritoria actuación.
Castella destacó en el sexto, al que también pudo cortarle un trofeo a base de disposición y entrega. Lo recibió templado y basó su faena en esperar al toro, otorgándole su merecido descanso y tiempo y optando por conceder distancia al de Domingo Hernández. Así, paseó el último trofeo de la tarde. Con su primero –tras ser devuelto por falta de fuerza el anunciado- instrumentó una larga e ingeniosa faena, pero no así aclamada. Trasteo deslucido ante desmerecido animal.
Por su parte el sevillano José Antonio “Morante de la Puebla” pasó de puntillas el día de San Fernando. Pudo dejar un vibrante recibo a la verónica al cuarto ejemplar de la corrida, rematada con una media y una larga de categoría que encendieron los olés de Aranjuez. Desgraciadamente no pasó de disposición e ímpetu en dos faenas que bien merecieron la ovación que recibió el de La Puebla.
FICHA DE LA CORRIDA.
Plaza de toros de ARANJUEZ. Corrida del día de San Fernando. Casi lleno en tarde soleada y agradable. Seis toros de Domingo Hernández-Garcigrande, bien presentados y de juego desigual. Destacó el segundo: noble, con transmisión y fuerza.
José Antonio “Morante de la Puebla”, de verde oliva y oro. Ovación y silencio.
Julián López “El Juli”, de verde oliva y oro. Dos orejas y oreja.
Sebastián Castella, de azul celeste y oro. Silencio y oreja.
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