UNA NUEVA `VIDA´ SIN VETOS

TOMELLOSO (CIUDAD REAL).

“VALENCIANO”, DEVUELTO A LA VIDA POR PONCE

ANTE UNA JUVENTUD QUE LLENÓ LA PLAZA

 

POR: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO/MEDIAVERONICA.COM

FOTOGRAFÍAS: ©DOLORES DE LARA

¿Puede vetarse la vida? ¿Es legítima, teniendo en cuenta la racionalidad humana, la decisión de tal acto de dictaminar sobre la vida o la muerte de un ser vivo mereciéndose la eternidad? ¿Y si es bravo? ¿Y si Enrique Ponce le devuelve la vida que le faltó? ¿Y si sus defectos se troncan en virtudes por el mero hecho de hacer correctas las cosas en el momento exacto? Enrique Ponce. “Valenciano”. Tomelloso.

Se lo llevó delicadamente a los medios, se enfrentó con él cara a cara. Miró la muerte y encontró la vida. ¿Y el toro? Miró la batalla y encontró la eternidad. Tal para cual. Sin vetos. Sin amenazas. Sin violencia, pero con justicia y verdad: claves para entender esto. Dos tandas por la derecha auguraron el glorioso fin para un animal que, entregado, encelado, bravío, se ganó la condición de rey de la Fiesta. Se sucedieron los izquierdazos, las trincherillas, los molinetes, el toreo arqueológico y la mano hundida en el ahora puro –por salvador- albero manchego. Y llegó el fin, y llegó la vida: la vuelta al campo, el reencuentro con sus hermanos, el regreso a su paraíso gracias a Ponce, gracias a su bravura. Gracias a la Fiesta.

Si bravo fue el quinto, enemigo de este pulcro adjetivo lo fue el segundo. De corta embestida y flamante canto a la sosería charra, la luna que se asomaba solicitó de la presencia de ese practicante de Chiva que cura todos los males. Ponce sanó al enfermizo a base de muletazos clásicos, cambios de mano –que vinieron caminito de Bilbao- y trincherillas esperanzadoras para levantar la tarde. Una media y un descabellos justificaron la oreja concedida por el palco.

Veto va y veto viene. Y mientras Ventura torea donde le dejan. Hoy, siendo testigo de la verdad del toreo a pie, se ha testificado que la menor verdad del toreo a caballo cabe pronta en el estómago de la tauromaquia. Excelente el primero, Diego lo llevó “en maestro” hacia la boca de riego para hacer brotar el primer chorreón granate del “Capea” con un soberbio rejón. A partir de ahí, los pares en tablas y las entradas de frente al embroque protagonizaron un gran espectáculo de toro, torero e intermediario: terna que se mostró superior. Oreja al tesón del luso-sevillano.

Nada que envidiar al primer trasteo lo tuvo su segundo, mas la diferencia entre una bronca en el primero y una en el cuarto radica en que en ésta última las meriendas ya se ubicaban en las barrigas y en el primero no. Sin más, fue lo que ocurrió. La presidenta ordenó que retiraran al burel con una oreja cortada y así se hizo. Tomelloso se volvió contra la usía y se montó la marimorena. Pero es justicia. Y la justicia es verdad. Y la verdad, es que Ventura cortó una justa oreja al cuarto. Sin más.

Regentaba el coso manchego el tercer espada, César Jiménez. Ayudó el primero, con el que dejó impecables series por la derecha. Quizás la bravura de los salamantinos no fuera suya, mas sí fue suyo el lleno: por naturales a la apertura social del toreo, por naturales a ese #YoVoyALosToros que caló en el jovial corazón tomellosero, y por naturales a la creatividad en el ámbito taurino –“hermosura tan antigua y tan nueva” que comenzamos ahora, a 2013, a explotar en la tauroamquia. Por Naturales. Al natural. Chapeau.

¡Que viva la vida, que mueran los vetos! Triunfo, indulto y vida sin vetos. Toreo eterno sin restricciones, porque a las doce de la mañana todo dios había cobrado. Indulto, vuelta a la vida, faena épica y cumbre de “Capea” vestidos de justicia y oro. Sin vetos y muy muy llenos de vida. Todavía creo que resuena en toda la Mancha ese cántico de la juventud al quinto eterno de la tarde eterna sin vetos: ¡Ese toro cómo mola…se merece una ola!

FICHA DEL FESTEJO.

Plaza de toros de TOMELLOSO. Casi lleno en tarde soleada y apacible.

Se han lidiado seis toros de “San Pelayo” y “Carmen Lorenzo”, desiguales de presentación y juego. 1º noble y encastado; 2º reservón, desclasado; 3º noble, repetidor; 4º soso; 5º, “Valenciano”, número 31, de excelente juego y premiado con el indulto; 6º soso.

DIEGO VENTURA, oreja y oreja.

ENRIQUE PONCE, oreja y dos orejas y rabo simbólicos.

CÉSAR JIMÉNEZ, oreja y dos orejas.