Informa; Ignacio Rubio
La corrida de Samuel tuvo la salsa, toreo de verdad, el aplauso fácil de salida por sus bellas estampas, la emoción constante en los tendidos y un el peligro de aúpa, se conjugaron los oles con los huy, huy y huy de forma constante a excepción del quinto, el resto había que estar ahí ,no podía haber faenas de carril ni de burra tonta, aprendían al hilo y otros lo traían consumado, pidieron carnet de toreros y medicina de amplio espectro, conjugar miedo, valor y arte y en su medida los diestros, Javier Castaño, Rubén Pinar y Sergio Serrano lo consiguieron.
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