ADIÓS CON EL CORAZÓN A ADOLFO SUAREZ, EN LA TUMBA Y EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

 

ADOLFO SUÁREZ.

"EL PRESIDENTE DE LA CONCORDIA"

Texto: JAVIER DE MONTINI / Fotografías:© DOLORES DE LARA

26/3/2014.-Adiós a Adolfo Suárez González. Adiós al presidente del Gobierno a quien, tras la muerte de Franco, el rey Juan Carlos de Borbón confió la "transición" de una dictadura de cuarenta años a la democracia.

Adiós al hombre que logró el milagro de la "concordia".

Un adiós multitudinario, pero a la vez íntimo

Adiós con dolor de la familia: De los hijos, Adolfo, Laura, Sonsoles y Javier; de los nietos, Alejandra, Fernando, Adolfo y Pablo; y de los hermanos Hipólito, María del Carmen, Ricardo y José María.

Adiós con pena del Rey y de la Familia Real.

Adiós con tristeza del gobierno de España de Mariano Rajoy y de los políticos.

Adiós - ¿con admiración?- de los tres expresidentes que sobreviven: Felipe González, José María Aznar y José Luis R. Zapatero.

Y adiós con el corazón -¿y con nostalgia?- del pueblo: De la España de la calle.

Sí, con corazón, porque se percibían fácilmente los latidos del corazón no sólo en la larga cola de miles de personas que acudieron a despedir a Adolfo Suárez en el Congreso sino también en las redes sociales.

"Adiós con el corazón que con el alma no puedo..."

¿Adivinó Adolfo Suárez, antes de perder la memoria hace diez/once años, este sentimiento de los españoles ante su muerte? Porque el epitafio elegido para su tumba corresponde plenamente, diría yo, a la carga de emoción de una despedida tan popular.

"La concordia fue posible".

Ahí resume su vida o, al menos, los años que gobernó España.

Enterrado, como él quería, en el claustro de la catedral del Salvador de Avila, a donde previamente fueron trasladados los restos de su esposa, ésta es la leyenda de la lápida:

"Excmos. Sres. Duques de Suárez

Don Adolfo Suárez González

expresidente del Gobierno de España

25-IX-1932

25-III.2014

Doña Amparo Illana Elórtegui

25-V-1924

17-V-2001

"La concordia fue posible!

¿No le llamábamos "el presidente de la Transición"? Y también "el presidente de los Pactos de la Moncloa". Pues a partir de ahora, respetando su última voluntad, habrá que recordarlo en la historia como "el presidente de la Concordia". Esas fueron las cartas mágicas de su gobierno: Convenios, acuerdos, pactos... ¡Concordia!

 

Eso es: ¡Concordia! Fue su arma secreta, acaso fiándose del refrán: "Más vale buena concordia que próspera guerra y victoria".

O puede que acogiéndose a Jenofonte: "Sin concordia no puede existir un estado bien gobernado ni una casa bien administrada".

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Del nuevo "estilo" de gobierno de Suárez, habló el obispo de Ávila en el funeral de cuerpo presente: "Trabajó sin cesar por el entendimiento", siempre con "serenidad, respeto y cortesía".

Y lo había recordado el Rey: "Vio, con clarividencia y gran generosidad, que el bienestar y el mejor porvenir del todos pasaba por el consenso, sabiendo ceder en lo accesorio, si ello era necesario, para poder lograr los grandes acuerdos en lo fundamental".

No ocultó Don Juan Carlos su dolor:

"El fallecimiento de Adolfo Suárez me llena de consternación y de pena. Tuve en él a un amigo leal y. como Rey, a un colaborador excepcional que, en todo momento, tuvo como guía y pauta de comportamiento su lealtad a la Corona y a todo lo que ella representa: La defensa de la democracia, del Estado de Derecho, de la unidad y la diversidad de España. Mi gratitud hacia el Duque de Suárez es, por todo ello, honda y permanente, y mi dolor hoy es grande".

Adolfo Suárez presidió el gobierno de 3 de julio de 1976 a 29 de enero de 1981. Al terminar, por lealtad, patriotismo y abnegación, Don Juan Carlos le otorgó el ducado de Suárez con Grandeza de España. Más adelante, a los treinta años de democracia, le daría el Toisón de Oro.

El galardón que mejor le define es el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1996.

Por cosas del azar, a unos pasos de la tumba de Adolfo Suárez en la catedral de Avila, se encuentra la del prestigioso historiador Claudio Sánchez Albornoz (Madrid, 7/4/1893; Avila, 8/8/1984) que, en su aventura política, fue ministro de la Segunda República y más, adelante, instalado en Argentina tras la Guerra Civil, presidió el Gobierno en el exilio de 1962 a 1971. A su vuelta a España, muerto Franco, a Claudio Sánchez Albornoz también se le galardonaría con un Premio Príncipe de Asturias: El de Comunicación y Humanidades 1984.

¿Lo ven? Hasta en su tumba es Adolfo Suárez hombre de concordia.

Recuerden su lamento en unas elecciones: "Me quieren, pero no me votan".

Ahora, en su muerte, ha quedado muy claro que los españoles le queremos.

Ojalá que volvamos a votarle en adelante, eligiendo políticos de concordia.

Porque siguen vigentes - nunca lo olvidemos- estos versos de Antonio Machado que Suárez recitó en un discurso:

"¡Qué importa un día! Está el ayer abierto

al mañana, mañana al infinito.

Hombres de España,

ni el pasado ha muerto.

No está el mañana - ni el ayer- escrito".