A toda esa gente obrera
va dedicada esta historia,
que hoy viven en la memoria
querida de LA MONTERA.
Con todo mi cariño para todos ellos
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Las vías de la Renfe se tiñeron
de sangre esa mañana,
de gente obrera que hacia su trabajo
se había puesto en marcha.
Después de las potentes explosiones
seguidas que sonaran,
quedaron los vagones convertidos
en polvo y en chatarra.
salían de gargantas
que apenas si podían distinguirse
sus trémulas palabras.
¡Auxilio por favor que alguien me ayude
la vida se me escapa!
Y aquel vil atentado de inocentes
se lleva tantas almas.
¿Quién pudo cometer esta masiva
cruel y gran matanza?
¿qué ley les juzgará con la justicia
mas firme y necesaria?
Las leyes de los hombres se han quedado
tal vez a gran distancia
de aquella la condena que merecen
sin duda estos canallas.
Tan solo un monumento a sus queridas
memorias se levanta,
ciento noventa y una son las vidas
que esta masacre arranca.
Diez años hoy se cumplen de esta fecha
que luctuosa estampa,
en la Estación de Atocha dejaría
que no es fácil borrarla.
Es el segundo mayor atentado
por el que Europa pasa,
lloró nuestro país y las banderas
ondearon a media asta,
una oración les manda,
y de ellos la memoria estará siempre
en la mente de España.
Joaquín Gómez de Segura y Mayorga
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