Zahonero
Miura regresó a las Ventas
después de nueve años de ausencia con casi todos los honores
ALGO DE ANTONIO LORCA (El País) Fotografía:© DOLORES DE LARA
Miura regresó a las Ventas después de nueve años de ausencia con todos los honores. Lidió tres toros de calidad, con especial atención al segundo, Zahonero, de 611 kilos, un toro grandioso. Una pena la invalidez del quinto, un toro precioso, que fue devuelto a los corrales, y la aspereza y bronquedad, marca de la casa, de los primero y sexto. Pero con esas lagunas, una vuelta más que satisfactoria. Ya es meritorio que casi todos los toros fueran recibidos con una ovación por su estampa, y tres despedidos con la plaza en pie.
Pero el protagonista de la tarde fue ese segundo, Zahonero, de pelo cárdeno, grande y largo como un tren, que humilló de salida en el capote de Castaño, que alcanzó a esbozar alguna verónica. Acudió hasta tres veces de largo al caballo, pero, ¡ay!, no presentó pelea y se repuchó en los dos últimos encuentros. Se vino arriba en banderillas y galopó para que se lucieran David Adalid y Fernando Sánchez, sencillamente extraordinarios. Y llegó a la muleta con la fuerza, la codicia, el recorrido y la nobleza de un toro bravo y encastado que llevaba un cortijo en cada pitón, y que pedía a voces un torero dispuesto a jugarse la vida para convertirlo en un hombre rico y feliz.
Después, en Gestiona radio de la Cope, todos hemos soñado con torear a ZAHONERO, ¡ oooooooleeeeeeeé! Unos con más garbo que otros
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