Por Ignacio Rubio
No eran las cinco de la tarde como cautivan los versos de Lorca ni un día de calor agobiante de agosto, pero si una puesta en escena digna del mejor de los homenajes a pesar del paso del tiempo y el cambio en las costumbres incluida el toreo, desde el remanso de chiqueros brotaron los versos de Federico García Lorca, Alberti y otros tantos hermosos y pasajeros del tiempo inmortales como lo es ya el triste desaparecido, que para la Peña que lleva su nombre en Manzanares en sus 51 años recién estrenados, este año su tercer evento al que le falto algo de público, pero lleno de entusiasmo y detalles, la presencia de su Nieta Paloma Recasens Sánchez Mejías, su esposo Jimmy Bearzdeevies, su sobrino nieto José Sánchez Mejías Herrero y su esposa Lola Díaz Ramos depositaron un ramo en el ruedo a la altura del tendido 7 donde fue cogido mortalmente el Inmortal Ignacio Sánchez Mejías el minuto de silencio atronador dio paso al cante y la poesía,” Angelines de Almedina” y “El Porti “fueron los encargados flamencos y tres toreros Miguel Ángel Martin en rejones en labor muy aseada y malograda con el rejón de muerte, su caballo Piropo debuto en los quiebros y estuvo a punto de recibir un serio percance, Miguel estuvo bien y clavo al estribo, quebró y mando ante el bravo de Manuel Ángel Millares , la muerte lenta y el paso del reloj dejaron el premio en oreja.
Emilio Huertas volvía a pisar el ruedo donde fue alternativado y dejo ante el animal más flojo detalles de arte en redondo con la ligazón como denominador común, al natural la cosa no fue el animal protestaba y se quedaba corto desluciendo las suertes, la vuelta la derecha para de nuevo gustarse, redondos invertidos, con molinetes bien abrochados, trincheras y final por manoletinas para dos orejas tras pinchazo.
Carlos Aranda dibujo verónicas de ensueño de perfecta ejecución y estética, quitó con la misma firmeza, brindis a la familia del homenajeado, su faena todo un primor de dominio y estética de correr la mano tener la cabeza amueblada, en genuflexión perfecto de salida y las series de trazo muy largo y mano baja, todo en prefecta armonía y dando los tiempos justos, una serie al natural de nota y el final por trincheras y pase cambiado para estocada travesada y trasera, dos orejas.
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