TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: ©DOLORES DE LARA
12 de octubre del año 2015, día de la Hispanidad, mañana apacible, el cielo amaneció cubierto con un negro manto incitando a la lluvia, lluvia avisada por los maestros del tiempo, que a Dios gracias se equivocaron.
¡Milagro! Fue algo milagroso, pues ni la lluvia, ni los fuertes destellos del sol hicieron acto de presencia, lo que propició el buen trabajo de los reporteros acreditados. Y siempre dando gracias a Dios y a la Virgen del Pilar por habernos salvado de las inclemencias de la santa naturaleza.
Los reyes, Felipe VI y doña Letizia llegaron acompañados de sus preciosas hijas, Leonor, princesa de Asturias y la infanta Sofía.
El desfile transcurrió en silencio. Se respetó a la bandera, a su rey y a todo su entorno. No hubo abucheos, ni gritos raros, solo se oía: ¡Viva España!, los himnos, y por lo bajo, casi en un susurro, ¡Viva el rey!
Fue un acto emotivo, nostálgico para algunas personas. Lo digo, por que pregunté a una señora allegada -que ha quedado viuda recientemente- si había seguido el desfile por televisión, y me dijo: “No, no lo he visto, me da mucha pena, mi esposo y yo siempre lo veíamos juntos”.
FLAHS
“Pablo”, la cabrita de la Legión, hizo sonreír a la Princesa y a la Infanta
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