Francisco Cano “Canito” una leyenda de
la fotografía taurina
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Por: Rafael Dupouy Gómez
Fotografía: ©DOLORES DE LARA
Desde Venezuela, con hondo
pesar recibí la triste noticia del fallecimiento de mi querido amigo Francisco
Cano, el popular “Canito”, decano de los fotógrafos taurinos, excelente persona
que se ganó el cariño de quienes tuvieron el placer de conocerlo personalmente.
Un 18 de diciembre de 1912
vino al mundo para luego convertirse en leyenda con su cámara fotográfica. Falleció
el 27 de julio de 2016 a la edad de 103 años. Pocos han llegado a lidiar tantos
años con la admirable vitalidad y entereza del gran fotógrafo taurino.
Desde muy niño, gracias a
las referencias descritas por mi abuelo Florencio Gómez Núñez en amenas
tertulias familiares, pude enterarme quién era el curioso personaje. Nada más y
nada menos que el único reportero gráfico presente en la Plaza de Toros de Linares
que logró captar las fotos de la cornada y fatídica muerte del “Monstruo” de Córdoba, Manuel Rodríguez
Sánchez “Manolete”.
Francisco
Cano “Canito” hizo historia, porque fue el único fotógrafo presente en la Plaza
de Toros de Linares que logró captar con su cámara la cornada y fatídica muerte
de Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete” en 1947.
Representaba un auténtico
deleite poder observar la gran cantidad de fotografías históricas taurinas que
mi abuelo Florencio conservaba de diferentes épocas del toreo, sobresaliendo,
en la mayoría de las gráficas, una pequeña y simple firma que representaba
cuatro letras: CANO.
El popular “Canito” le hizo a mi abuelo Florencio muchas
fotografías durante su estadía en España en 1962; una de ellas, presenciando un
festival taurino que se celebró, el 4 de junio de 1962, en la placita de la
Feria del Campo en Madrid. Mi abuelo acudió con su hijo Florencio Vicente Gómez
Arráiz, su hermano Juan Vicente Gómez Núñez y su sobrino Carlos Martínez Gómez.
Fue un festival a beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer,
organizado por la Presidenta de Honor, la Excelentísima Señora Marquesa de
Villaverde, a quien le brindaron la muerte de sus novillos todos los
participantes. Le acompañaban su madre, Doña Carmen Polo de Franco, el Marqués
de Villaverde, los Ministros de Asuntos Exteriores, Hacienda, el Secretario
General del Movimiento y otras personalidades.
Se
lidiaron novillos de la ganadería de Luis Miguel Dominguín, integrando el
cartel: Domingo Ortega, Rafael Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana” y Luis Miguel Dominguín. Los tres torearon a
placer y cortaron orejas. En cuarto lugar, se soltó un novillo, que rejoneó
primero, muleteó y mató a estoque después don Álvaro Domecq y Díez que fue
premiado con las dos orejas y el rabo. También participó Antonio Ordóñez quien
toreó en público, por primera vez, después de una cornada que sufrió en Tijuana
que le hizo perder un buen número de corridas.
Conocí personalmente a
Francisco Cano “Canito” en mi país,
Venezuela. Nuestro encuentro ocurrió en enero de 1990 durante un acto celebrado
en el hotel Caracas Hilton con motivo del 60º Aniversario de la Línea Aérea Aeropostal Venezolana, la
primera Línea Aérea Comercial de Venezuela, cuyo fundador y primer propietario
fue mi abuelo Florencio Gómez Núñez, durante el gobierno de su padre, el
General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República.
“Canito”,
curiosamente fue invitado a ese acto por el gran aficionado taurino venezolano,
Boris Piñero quien siendo Capitán de la Línea Aérea Venezolana Viasa, lo trajo al país para que
presentara una exposición de fotografías taurinas que realizó con mucho éxito
en Caracas.
Al concluir el acto de
celebración durante el brindis, en compañía de mi madre y hermanos, se acercó a
saludar a mi abuelo un simpatiquísimo y cariñoso hombre de pequeña estatura,
entrado en años y con acento español. Mi abuelo, con una gran sonrisa, luego de
abrazarlo, porque no lo veía desde hacía mucho tiempo, nos presentó al
personaje preguntándonos:
“¿No
saben quién en este señor que me saludó con tanto cariño? Pues es nada más y
nada menos que mi amigo el célebre fotógrafo Francisco Cano, el único que
retrató a “Manolete” en la tarde trágica de Linares”.
Sorprendidos saludamos a “Canito” con profunda admiración,
sintiendo que estábamos conociendo a una auténtica leyenda viva de la
tauromaquia. Toda esa noche la pasamos conversando de toros con Cano,
escuchando sus anécdotas, coincidimos en que Rafael de Paula había sido el
torero con más arte y pureza que mejor había toreado con el capote en la
historia del toreo. “Canito”, sin
palabras, me respondió con un fuerte apretón de manos corroborando lo dicho. El
famoso fotógrafo taurino nos dijo que le habíamos salvado la noche, porque él
fue invitado al acto, pero no conocía a nadie. Estaba maravillado con la
belleza de la mujer venezolana.
Compré su precioso libro “Mitos de Cano”, escrito por el buen
amigo don Andrés Amorós, catedrático, intelectual y experto conocedor del mundo
del toro. El lujoso libro, de 331 páginas, es un verdadero deleite para la
vista por las imágenes que contiene, donde se aprecian vivencias inolvidables
captadas por el oportuno lente de Cano con gran profesionalismo. Figuras del
toreo, artistas, Jefes de Estado y grandes personalidades del mundo entero,
fueron inmortalizadas con su cámara.
El decano de los fotógrafos
taurinos Francisco Cano, representó un verdadero ejemplo de constancia y amor a
su profesión. En la Feria de Sevilla del año 2011, le pude ver en el albero de
la Maestranza, con su peculiar gorra blanca esperando el inicio del paseíllo
para captar con su cámara, como si el tiempo se hubiese detenido, las imágenes
de los diestros actuantes.
Conservo como oro en paño un
afectuoso saludo de Año Nuevo de “Canito”
de su puño y letra, fechado el 31 de enero de 2011 que dice lo siguiente:
“Don Rafael y familia. Este
amigo le desea a usted y a toda la familia salud y suerte (Feliz Año 2012).
Recuerdo en “Los Corales” a don Juan Belmonte y Rafael “El Gallo”. ¡Dios mío,
ya pasó unos años! Yo el 18-12-2011 cumplí los 99 años y ya empecé los 100. Que
Dios nos de lo mejor. Con todo mi afecto, Francisco Cano”.
Su valioso e importante
archivo fotográfico debe ser preservado para las futuras generaciones. Por su
larga y fructífera trayectoria Francisco Cano recibió, muy merecidamente, el
Premio Nacional de Tauromaquia en el año 2014.
Queridísimo amigo “Canito”, ahora que Dios, “El Jefe” como tú le llamabas, vino a
buscarte para llevarte al cielo, ofrezco por tu alma mi especial recuerdo y
oraciones.
Descansa en paz querido
amigo y muchas gracias por transmitirnos siempre la alegría de vivir con tu
envidiable vitalidad y cariñosa sonrisa llena de sencillez y bondad.
¡Hasta siempre!
Rafael Dupouy Gómez