sábado, 10 de septiembre de 2016

FERIAS Y FIESTAS EN VILLASECA DE LA SAGRA (Toledo)

Informa y Fotografías:©Dolores de Lara 
Septiembre 2016.-La localidad toledana de Villaseca de la Sagra que rige el popular Jesús Hinojosa se ha convertido por méritos propios en un punto referente a nivel nacional en la promoción, fomento y difusión de la fiesta brava.

Conocidos son ya sus certámenes de novilladas (este año su XVII Certamen de Novilladas “Alfarero de Oro”) y su coqueta plaza de toros “La Sagra” con capacidad para 2.500 expectadores, donde aficionados pueden disfrutar con las evoluciones de estas jóvenes promesas que un día llegarán a ser figuras del toreo.

Este año, además, tiene el añadido de celebrar dos actos importantes, aunque desgraciadamente por motivos diferentes. Hoy sabado, tercera novillada, un homenaje que el Consistorio quiere dedicar al torero segoviano recientemente fallecido Victor Barrio, el lado triste de la noticia; el otro, fue el pasado sábado con motivo de la inauguración de una escultura dedicada al toro de lidia como pilar de la fiesta, la cultura y la historia de un pueblo.

Ayer se celebró la segunda novillada con astados de Cebada Gago, bien presentados, que lidiaron Curro Duran, Leo Valadez y Jesús Enrique Colombo.


En los prolegómenos de la novillada se guardó un minuto de silencio en memoria del alguacilillo de esta plaza durante quince años, Enrique Carmena "Crisci", fallecido esta temporada.

Este tridente de jóvenes promesas estuvieron atrevidos y arriesgando en los novillos que les tocó en suerte. Leo Valadez que fue el que estuvo más acertado con el acero se llevó una oreja de su oponente.


Mención especial para el torero venezolano J. E. Colombo, que estuvo muy valiente en los dos astados de Cebada Gago. En el primero, si con el capote estuvo brillante ni que decir tiene con las banderillas: resolutivo, con soltura, marcando bien los tiempos, una suerte que hoy en día muy pocos novilleros y toreros prodigan. En un palabra de matrícula de honor. Con la muleta estuvo variado, elegante, toreando con verticalidad, con “desmayo” –como a mí me gusta— y dando una sensación de seguridad impropia de un adolescente, despreciando el peligro.



 No tuvo suerte con la espada lo que le impidió, con toda seguridad, llevarse los apéndices de su astado.



En el segundo de su lote, un novillo entrado en carnes estuvo valiente hasta que fue a menos el morlaco, animal cuya muerte brindó el venezolano al que fuera presidente de la Monumental de Las Ventas durante muchos años, D. Juan Lamarca López.    

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