Antonio López de pequeño debió de ser un niño revoltosillo. Je Je...
Julia Sáez-Angulo / Fotografías:©Dolores de Lara
Madrid 25/04/17 .-
Antonio López ha sido el protagonista en la Comisión de Debates de los jóvenes
en el Club Siglo XXI. Introducido y coordinado el acto por Paloma Segrelles,
hija, directora del Club, el artista fue presentado por Íñigo Méndez Vigo,
ministro de Educación, Cultura y Deporte y Miguel Falomir, director del Museo
del Prado. El pintor manchego fue interpelado por las preguntas de los numerosos
asistentes después de su primera exposición.
Antonio López ha
llevado el nombre de España por todo el mundo, señaló el ministro. Es un buen
conocedor del Museo del Prado, un artista con libertad y empeño, capaz de
caminar cargado durante una hora varios días en la sierra de Madrid, para
lograr pintar el paisaje que desea.
El director del Museo
del Prado, destacó que Antonio López es un artista que ha dado importancia a la
mirada y el tiempo, a la plenitud estética e intelectual en su obra e hizo
varias preguntas al artista a lo largo del acto.
Antonio López García (Tomelloso,
Ciudad Real, 1936), con su conocida retranca manchega, mostró agudeza, ironía y humor en las
respuestas a las cuestiones que se le plantearon. Declaró que tenía la suerte
de que le gustaba mucho pintar y ese era su destino; que la pintura se hace,
porque te gusta, pero ha de ser útil a los demás; que cuando empezó a los 13
años creía que la pintura era sólo cuestión de habilidad para lograr lo
representado, pero en Bellas Artes se dio cuenta de que la pintura debía de
tener también contenido, algo que, de entrada, le produjo inquietud y vértigo.
“Soy un pintor
figurativo que no trabajo con los sueños, como el Bosco, sino sobre lo objetivo
y lo real, sobre el hombre y la mujer. Ahí se mueve la abstracción y la vida”.
Añadió que más que la belleza, busca la realidad que le rodea.
“A la pintura deben
ir las personas que deben ir y nadie más. Hay pintores que están secuestrados
por el mal gusto”, señaló y dijo que estaba por hacerse la historia de la
importante pintura figurativa que se ha hecho durante el siglo XX, desconocida
en buena parte de los museos.
Antonio López lamentó
la deficiente enseñanza del arte en el país, donde se dan alumnos que desconocen
o no se interesan por las grandes obras clásicas de la Historia del Arte y
reclamó dos cosas: primera, que la enseñanza superior de Bellas Artes
incorporase a los buenos pintores de alguna manera, como visitantes, por
ejemplo, y segunda, que el patronato del Museo del Prado incorporara más
artistas, al menos tres pintores y tres escultores, “para que se oiga allí su
palabra”. “Yo estuve en el patronato del Prado, cuando me nombró la ministra
Carmen Alborch, y salí de él cuando me
cesó la Sinde”, añadió.
“El arte es una
profesión arriesga, pero tiene compensaciones”, dijo al terminar. La pintura es
poesía silenciosa.
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