Talavante, en la vuelta al ruedo tras cortar una oreja al quinto toro de la tarde / @maestranzapages
SEVILLA, 13 DE ABRIL DE 2018. TOROS DE GARCÍA JIMÉNEZ PARA PERERA, TALAVANTE Y ROCA REY.
Por Diego Martínez González (UTAA-SEVILLA)
Recientemente se han publicado unas manifestaciones de Don Simón Casas que dicen “Si los toros desaparecen, será por los taurinos”.
En la tarde de hoy Don Simón estaba al lado del empresario de Sevilla. Es de suponer que tras observar lo acontecido en el amarillo albero, ambos habrán podido constatar la veracidad de esas declaraciones. Lo malo de todo esto es que ellos lo saben y continúan en el error burlándose de una plaza llena como ocurrió hoy.
Tras casi tres horas de aburrido supuesto espectáculo, es difícil destacar algo medianamente sobresaliente, pero no sería justo no acordarse de la lección de torería, vergüenza y pundonor de CURRO JAVIER. Dando la cara, exponiendo su vida después de dos sensacionales pares de banderillas, puso la plaza en pié. Así hay que estar en Sevilla. Así es como la Fiesta no terminaría nunca. Pero es predicar en el desierto.
Toros de García Jiménez, anovillados, algunos casi abecerrados, sin cuajo, desarmonicos otros, cluadicantes casi todos y las pocas embestidas que concedían eran sin un atisbo de acometividad y por supuesto con nula emoción. ¿Hubo suerte de varas?
Con este material bovino falla al completo el material humano, yerran los maestros, Perera, frio, parecía ido, sin alma, muy mecánico. Fue pitado y con justicia al finalizar el festejo.
Talavante quiso dejar constancia de lo que mejor sabe hacer, que es el manejo de la muleta. Enfrente tenía torillos sin casta con embestida borreguil y sumisa. A uno de estos animalillos consigue enjaretarle algunos muletazos y como mata a la primera viene el número de la presión al presidente blandengue. Toro caído, peones que impiden llegar a las mulillas, mulillas que se retrasan, petición bullanguera minoritaria y oreja de verbena. La prensa taurina amarilla mañana destacarán la gesta.
Roca Rey lidió los dos sobreros. El tercero titular descoordinado fue devuelto. Roca ataca en la faena de muleta a un toro rajado con tendencia a tablas, tira de su tauromaquia valiente y encimista y al menos consigue levantar un poco el ánimo de los sufridos espectadores.
Lo del sexto fue de traca. Sale al ruedo una autentica sardina. La protesta sube de tono y el presidente blandengue, responsable de aprobar semejante birria de encierro, saca el verde, rechifla general.
Roca lo intenta con el torillo sardo, segundo sobrero. Abusa del pico y toreo desviado esta vez. Se aburre y mata pronto.
Burla, burlando………..y el aficionado aguantando.
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