Dolores de Lara y Juan Campos, el pasado 20 de octubre en Oviedo ante el teatro Campoamor poco antes de la entrega de los Premios Princesa de Asturias
Por María Eugenia Yagüe. Fuente: ElMundo.es

Dolores repetía siempre a modo de justificación de su asombrosa actividad: "Si me quedo en casa, me duele la cabeza y me oxido, así que dime qué hay esta tarde, nos vemos en el
photocall".
Y Juan, un bendito que también participaba del entusiasmo de su mujer por la fotografía, ejercía de chófer de su mujer y de la que suscribe, nos llevaba por todo Madrid de un festejo a otro y se quedaba paciente en doble fila o en la taberna de al lado, hasta que Dolores cerraba la cámara.